noviembre 14, 2025

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Porque la noticia… no puede esperar

Xóchitl Gálvez confirma que buscará crear un nuevo partido político. ¿Ya para qué?

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Tras su derrota en las elecciones presidenciales, Xóchitl Gálvez confirmó en entrevista con el periodista Manuel López San Martín, durante su programa en MVS Noticias, que explora la posibilidad de fundar un nuevo partido político. Pero, ¿realmente necesita México otra fuerza política? Más importante aún, ¿quién confiará en un proyecto encabezado por alguien que, como ella misma admite, fue incapaz de organizar a sus aliados para cubrir siquiera el 40% de las casillas el día de la elección?

El discurso de “algo nuevo” suena atractivo, pero llega tarde. Después de una campaña que no logró ilusionar ni movilizar, la propuesta de un nuevo partido parece más una salida para mantenerse vigente que un esfuerzo genuino por transformar la política mexicana. La ciudadanía, desencantada y desconfiada, difícilmente verá en este movimiento algo más que otro intento por perpetuar las mismas figuras en el poder, bajo un nuevo membrete. Máxime, si se tiene en cuenta que la exsenadora se alinea a posturas de izquierda progresista, siendo esa oferta política precisamente lo que sobra en México.

Además, resulta curioso que Gálvez critique la falta de organización de las fuerzas políticas que la respaldaron, pero sin romper con ellas. ¿Cómo construir algo “distinto” mientras sigue vinculada a los mismos actores que, según ella, fallaron en la tarea más básica de defender el voto?

El problema no es la falta de partidos, sino la ausencia de liderazgos creíbles y propuestas reales. Antes de hablar de crear “algo nuevo”, Gálvez debería preguntarse si su nombre y su historia política pueden encabezar ese cambio. Porque, hasta ahora, sus promesas de honradez y organización no se han traducido en resultados tangibles.

En un momento en el que la ciudadanía clama por confianza y eficacia, fundar otro partido parece más un acto de desesperación por seguir viviendo del presupuesto que una seria alternativa opositora. México no necesita más partidos; necesita políticos que cumplan. ¿Es Xóchitl Gálvez capaz de eso? Hasta ahora, los hechos dicen que no.

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