La postura de la gobernadora Rocío Nahle refleja una línea firme y congruente con los valores que busca proyectar en su gobierno, particularmente en materia de igualdad y respeto hacia las mujeres; sin embargo, su rechazo tajante hacia cualquier acercamiento con los Yunes contrasta de manera significativa con la aparente apertura que, desde la dirigencia nacional de Morena, se les está brindando.
En Veracruz, los Yunes representan una figura política controvertida, marcada por su historial en el poder y las divisiones que generan; sobre todo, después de su más reciente voto a favor de la reforma al Poder Judicial, misma que muchos consideraron como una “traición”.
Por si fuera poco, parece que las rencillas locales siguen sin resolverse. Y es que en una reciente entrevista que sostuvo la mandataria veracruzana con Álvaro Delgado, Nahle dejó claro que, al menos en el estado, la familia del Estero no tiene cabida políticamente y además le producen incomodidad (minuto 18:42). Pero vale la pena cuestionarse, ¿qué tan sostenible es esta posición cuando la dirigencia nacional parece estar abriendo las puertas a figuras tan polémicas?
La aceptación de los Yunes en Morena desde el ámbito nacional sugiere una estrategia pragmática: sumar actores políticos con peso y trayectoria para robustecer el partido, aunque esto implique tensiones internas. Para Veracruz, sin embargo, este movimiento puede leerse como una contradicción que podría fracturar el discurso de coherencia y compromiso con los valores que tanto promueve la gobernadora Nahle.
En el terreno local, esta disonancia entre la postura estatal y nacional de Morena abre una grieta en la narrativa de unidad del partido. Mientras Nahle cierra filas contra los Yunes en nombre de la congruencia y el respeto a las mujeres, en la Ciudad de México parecen prevalecer los cálculos políticos y electorales de Luisa María Alcalde. ¿Qué mensaje se envía a la militancia y al electorado veracruzano? ¿Es posible conciliar la ética política con las exigencias de poder?
Lo que queda claro es que, al menos en Veracruz, los Yunes enfrentan una puerta cerrada con Rocío Nahle. Pero en la arena nacional, donde las estrategias tienen otros matices, ya les están preparando su lugar en la mesa. Lo único que falta por ver es si los jarochos los van a seguir ahora que se pinten oficialmente de guinda, o si de plano Morena, con sus propios cuadros, son capaces de arrebatarles ese preciado bastión político.
Entrevista con gobernadora Nahle sobre los Yunes: minuto: 18:42
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