Ciudad de México. — La presidenta Claudia Sheinbaum rechazó que su propuesta de reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión tenga como objetivo restringir contenidos digitales, y aseguró que cualquier artículo que genere dudas será corregido o eliminado para despejar interpretaciones equívocas.
“Nuestra intención no es censurar a nadie”, afirmó tajante, al referirse al artículo 109 del proyecto, el cual ha despertado polémica por las implicaciones que algunos sectores interpretan como una amenaza a la libertad de expresión en plataformas como YouTube o Facebook.
El proyecto de reforma, impulsado por el Ejecutivo y ya avalado en comisiones del Senado, se someterá a votación en el pleno este lunes. De acuerdo con Sheinbaum, el propósito central es fortalecer el control estatal sobre el espectro radioeléctrico y poner orden en el tema de la publicidad extranjera, sin menoscabar los derechos digitales de la ciudadanía.
La mandataria explicó que la redacción controvertida confiere facultades a la nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones —que sustituirá a la actual Cofece— particularmente cuando el Servicio de Administración Tributaria (SAT) detecte irregularidades en plataformas digitales. No obstante, recalcó que de ninguna manera implica un intento de censura gubernamental.
“El texto será ajustado para que no quede duda alguna: el gobierno no va a censurar absolutamente nada”, aseguró.
Sheinbaum también adelantó que se abrirá un proceso legislativo para precisar las funciones de este nuevo órgano regulador, el cual contará con autonomía técnica y estará encargado de evitar la concentración de poder en sectores clave como telecomunicaciones y radiodifusión.
Como parte de la reorganización institucional que acompaña esta iniciativa, la presidenta indicó que en breve se propondrán los perfiles que integrarán este nuevo ente regulador, en el marco de una serie de reformas previstas antes de la renovación del Poder Judicial.
Aunque Morena y sus aliados han respaldado la iniciativa, las bancadas opositoras han levantado la voz acusando al oficialismo de intentar aprobar la reforma con prisas y sin diálogo suficiente, lo que califican como un “albazo legislativo”.
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