diciembre 29, 2025

En Esta Hora

Porque la noticia… no puede esperar

Terrorismo oficial contra la prensa en Veracruz

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Dado que la Fiscalía General del Estado no ha informado quién o quiénes acusaron al periodista de nota roja Rafael León Segovia, Lafita, y por qué hecho o hechos concretos, aparentemente la cobertura que dio a un accidente menor de tránsito en el malecón de Coatzacoalcos motivó que lo acusara como presunto responsable de los delitos de terrorismo, encubrimiento por favorecimiento y contra las instituciones de seguridad pública, y logró que un juez de control calificara de legal su detención (en su domicilio) y además le dictara medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, lo que ha desatado una ola de protestas en todo el estado, en todo el país y en varias partes del mundo, contra lo que considera un acto represivo e intimidatorio del gobierno de Rocío Nahle contra la libertad de informar.

Era lo único que le faltaba al segundo Gobierno del estado, de Morena, para terminar el año: encarcelar a un periodista acusándolo de terrorismo, un verdadero acto de terrorismo oficial en sí mismo para infundir terror en el gremio periodístico de Veracruz que informa sin atadura alguna, que ejerce un derecho y que cumple con la función social que tiene de servir a sus lectores, a la sociedad veracruzana, para ayudar a formar la opinión pública sobre el acontecer diario, un hecho preocupante además si se parte de que Veracruz es considerado como el estado más peligroso para ejercer el periodismo en México y que organizaciones internacionales como Reporteros sin Fronteras y Artículo 19 han señalado al estado como “un infierno” para periodistas.

El deber, por encima del disfrute personal

En “Prosa aprisa” del pasado lunes 22, con la que me despedí del año para hacer una pausa con motivo del periodo vacacional, recordé al poeta inglés John Donne, quien usó el repique de las campanas de una iglesia para ilustrar la idea de que la pérdida de uno es una pérdida para toda la humanidad, con la frase “No preguntes por quién doblan (tocan) las campanas, están doblando (tocando) por ti”, que popularizó en su novela Por quién doblan las campanas el escritor norteamericano Ernest Hemingway.

En efecto, la muerte de cualquier persona nos afecta a todos, porque cuando tocan las campanas en la misa fúnebre el cadáver puede ser el nuestro, y no debemos olvidarlo, y ahora he interrumpido mi descanso porque las campanas de la represión oficial están tocando y en lugar de Lafita León Segovia, el detenido o la detenida podría ser cualquiera de quienes ejercemos el oficio periodístico, tan apasionante como riesgoso, y regreso por ahora para hacer pública mi protesta por su encarcelamiento, para expresarle mi solidaridad y para sumarme a mis compañeros que, en forma personal o a través de organizaciones en las que están agrupados, han levantado la voz para exigir que cese el atropello y lo dejen en libertad.

Un video grabó la posible causa, pero no se ve delito alguno

Vi varias veces el video que grabó el propio periodista y no se advierte que cometa ninguna falta, simplemente da cuenta de un choque por alcance, obedece cuando un marino le pide que no se acerque, de pronto aparece una mujer primero a bordo de un automóvil que luego estaciona y regresa caminando y quien luego junto con otra mujer se le acercan, le gritan y lo amenazan, todo lo cual lo va registrando el reportero con imagen y él mismo va diciendo que las mujeres están molestas y no sabe por qué, pero ni siquiera alza la voz como para señalarlo de que estaba dando la información en forma sensacionalista. Nada. Luego se sabría que se trataba de la abogada Letizia Zurita Dávila y de su hija, quien es la que habría chocado.

Algo que llama la atención es que la mujer le advierte que le va a informar a “May”. ¿Acaso estaba haciendo gala de influyentismo, de amiguismo o parentela con el gobernador del vecino estado de Tabasco, Javier May Rodríguez, quien habría sido informado, habría intervenido y le habría pedido a su homóloga de Veracruz, Rocío Nahle, que actuara y castigara en forma ejemplar al periodista, y por eso la saña en su contra? ¿Quién o quiénes más iban en el coche que chocó y en qué condiciones que las mujeres a toda costa trataron de impedir que las imágenes se subieran a las redes? ¿Por qué de un hecho menor hicieron todo un escándalo? Algo escondían o trataron de esconder, y se ve que lo lograron.

La Fiscalía desmiente un Veracruz seguro y acepta que hay terrorismo

El apresuramiento con el que actuaron en la Fiscalía General del Estado en contubernio con el juez de control, la torpeza con la que cometieron el abuso, hizo a que colocaran a Veracruz, según el Gobierno nahlista uno de los más seguros del país, en un estado víctima del terrorismo, pues en sus fichas informativas del 24 de diciembre, dos por separado, la institución a cargo de Lisbeth Jiménez informó que Lafita León Segovia había sido detenido “como presunto responsable de los delitos de terrorismo, encubrimiento por favorecimiento y contra las instituciones de seguridad pública”, y luego que había obtenido prisión preventiva oficiosa contra el acusado “como presunto responsable de los delitos de terrorismo, encubrimiento por favorecimiento y contra las instituciones de seguridad pública”.

Algo les dio terror a ellos mismos de lo que hicieron y dijeron que en un boletín de prensa del viernes, que la Fiscalía emitió por órdenes de la gobernadora Rocío Nahle, omitió mencionar la palabra “terrorismo” pero la dejó implícita al señalar que a Lafita lo acusa, entre otros, por el delito previsto en el Artículo 311 del Código Penal para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, que se refiere al TERRORISMO, aunque, sin ser especialista en Derecho, creo que también se equivocaron, pues el artículo que debieron haber invocado era el 313, pues el primero (modalidad genérica) considera terrorista “A quien utilizando explosivos, substancias tóxicas, armas de fuego…”, que no fue el caso, de acuerdo al video, mientras que el segundo (tipo específico) dice que “Se considera terrorista y se sancionará como tal a quien haga señales, dé voces de alarma o provoque estruendos por los medios idóneos…”, que tampoco fue el caso pero es el que más les puede servir de pretexto para acallar no solo a León Segovia sino a cualquiera de quienes ejercemos el periodismo crítico y de denuncia. Cualquier estudiante de Derecho sabe que no se configura ningún delito y que la Fiscalía está interpretando el Código Penal a su antojo y conveniencia.

Rafael se fue al término constitucional ampliado por lo que la próxima audiencia se celebrará el martes 30 a las 7 de la mañana, cuando el juez deberá resolver su situación jurídica, que debe declararlo inocente, que si no lo hace entonces serán los tribunales federales los que les den palo.

Ahora resulta que Rocío tolera y perdona “excesos” de libertad de expresión

Para el periodismo veracruzano es un fin de año preocupante, porque el gobierno de Rocío Nahle mostró su rostro represivo, a menos que su Fiscalía presente pruebas de hechos contundentes que muestren que el periodista cometió, en efecto, actos de terrorismo, y preocupa también porque la gobernadora, en conferencia de prensa el viernes, asumió el papel de perdonavidas cuando declaró que “Aquí en Veracruz se ha vivido un año en que perdura la libertad de expresión, yo diría que hasta con excesos”, o sea, ¿nos está perdonando por ejercer nuestra libertad a expresarnos con toda libertad?

No, la libertad de expresión no tiene gradualidades. Es un derecho consagrado en la Constitución, que no impone más límites que el derecho humano a no causarle daños al derecho de otro, y el hecho de que alguien publique como periodista no le afecta a nadie pues la gente tiene libertad de escuchar y de creer si quiere, y en el caso de Lafita su video es la mejor constancia de que solo estaba informando sin ninguna intención premeditada.

A Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre le bastaron solo 20 días como nueva fiscal para mostrar el talante represivo y persecutorio contra la prensa crítica con el que llega al cargo y con el que se estrena. Con ella, como dicen Reporteros sin Fronteras y Artículo 19, nos espera un infierno en los próximos cuatro años. Con el apoyo social, del pueblo dicen ellos, al que servimos, vamos a sobrevivir. Lo venimos haciendo por lo menos desde el gobierno de Javier Duarte, hace ya 15 años, pronto harán 16, ahora con los de Morena.

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