CDMX.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ha optado por no responder directamente a las recientes declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien sugirió que México y Canadá deberían anexarse como estados 51 y 52 de su país, en consecuencia de los subsidios que ambos países reciben de EUA.
En su habitual conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum reiteró que México es un país soberano y subrayó la importancia de defender esta independencia frente a cualquier insinuación contraria; sin embargo, señaló que el diálogo directo con Trump dependerá de los equipos de trabajo de ambas administraciones, sugiriendo que cualquier encuentro previo a la toma de posesión del republicano sería improbable.
“Vamos a dejar un poco este diálogo a través de los medios. México es un país libre, soberano e independiente, y esto siempre lo debemos defender. Veremos si los equipos pudieran reunirse, pero primero tienen que aprobarse los nombramientos del gabinete de Trump en el Senado”, declaró.
Sheinbaum también enmarcó los comentarios de Trump dentro del contexto del crecimiento de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos, y recordó que el día de ayer en un evento en Nuevo Laredo ella abogó por fortalecer el T-MEC como clave para la competitividad regional.
Comparaciones con Trudeau y críticas internas
El enfoque de Sheinbaum contrasta con la estrategia adoptada por Justin Trudeau, quien, a pesar de las tensiones, ha preferido evitar un cruce de declaraciones con Trump y ha promovido una reunión inmediata en Mar-a-Lago. Trudeau busca negociar directamente con el presidente electo para abordar las amenazas arancelarias del 25% sobre las exportaciones de ambos países, condicionadas por Trump a detener el flujo de drogas e inmigrantes ilegales.
Esta comparación ha intensificado las críticas hacia Sheinbaum dentro de México. Analistas y usuarios de redes sociales consideran que su postura podría interpretarse como una falta de liderazgo en un momento crucial para la relación bilateral. “Mientras Trudeau toma la delantera para defender los intereses de Canadá, México parece quedarse al margen, perdiendo una oportunidad de oro para establecer un frente común frente a las amenazas arancelarias”, fue uno de los muchos comentarios que se podían leer esta mañana en X.
El costo de la incertidumbre
Con la toma de posesión de Trump acercándose, la relación trilateral enfrenta uno de sus momentos más delicados en años. Las amenazas arancelarias, que podrían afectar sectores clave como la manufactura y la agricultura, han generado preocupación en ambos lados de la frontera. Sin una estrategia clara de negociación por parte de México, los críticos temen que el país pueda quedar rezagado frente a un Estados Unidos cada vez más proteccionista.
Sheinbaum, por su parte, ha defendido la importancia de fortalecer el T-MEC como herramienta para resistir las presiones externas; no obstante, el tiempo apremia, y las comparaciones con Trudeau subrayan la necesidad de una respuesta más decidida.
Mientras Canadá avanza hacia un diálogo directo con Trump, México enfrenta el desafío de evitar quedar como un actor pasivo en una dinámica regional que podría definir su futuro económico.
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