Seúl.- El Parlamento surcoreano aprobó este sábado la destitución del presidente Yoon Suk-yeol tras su controvertida decisión de declarar la ley marcial el pasado 3 de diciembre. La moción fue respaldada por 204 de los 300 diputados de la Asamblea Nacional, superando los 200 votos necesarios para la mayoría de dos tercios. Este resultado incluyó apoyos inesperados de al menos 12 miembros del gobernante Partido del Poder Popular (PPP), a pesar de que la postura oficial de la formación era rechazar la moción.
Con la destitución de Yoon, el primer ministro Han Duck-soo asumirá de manera interina las funciones de jefe de Estado y Gobierno mientras el Tribunal Constitucional evalúa la legalidad de las acciones del presidente. Este proceso podría extenderse hasta por 180 días. Si el tribunal determina que Yoon violó la Constitución, se convertiría en el segundo presidente destituido en la historia democrática de Corea del Sur, siguiendo a Park Geun-hye en 2017.
La declaración de ley marcial por parte de Yoon, que provocó una crisis política sin precedentes, también ha desencadenado investigaciones por presuntos delitos de insurrección, abuso de poder y amotinamiento. A Yoon se le ha prohibido salir del país, y otros altos funcionarios de su administración, incluido el exministro de Defensa Kim Yong-hyun, enfrentan procesos legales similares. La acusación de insurrección es especialmente grave, con penas que van desde cadena perpetua hasta la pena de muerte, aunque esta última está en moratoria desde 1997 en Corea del Sur.
La votación en el Parlamento ocurrió en medio de protestas masivas frente a la Asamblea Nacional en Seúl, donde miles de ciudadanos celebraron la decisión con bastones luminosos, símbolo de las movilizaciones en defensa de la democracia. “Es un día histórico para la democracia surcoreana”, declaró Park Chan-dae, portavoz del opositor Partido Democrático, mientras agradecía el respaldo ciudadano que impulsó la destitución.
Este caso rememora otros episodios similares en la política surcoreana, como la destitución temporal del presidente liberal Roh Moo-hyun en 2004, que posteriormente fue reintegrado al cargo tras un fallo del Tribunal Constitucional. Sin embargo, la gravedad de las acusaciones contra Yoon marca un capítulo diferente en la historia política del país, planteando interrogantes sobre el futuro inmediato de su liderazgo y las consecuencias legales que podría enfrentar.
Mientras Corea del Sur navega esta turbulencia política, la atención internacional está puesta en el desenlace del proceso constitucional y en cómo el país mantiene la estabilidad democrática en medio de esta crisis.
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