David Agustín, cerca de la FGE

David Agustín Jiménez Rojas vive el Síndrome del Profeta como muchos que pisan Veracruz, tierra generosa, tan generosa, que bastaría preguntarle a Rocío Nahle, Lupita Osorno, o Ramón Díaz Ávila, si no.
Alejado de su natal Ciudad de México, David Agustín Jiménez Rojas ha ido migrando por Veracruz como un comodín político: del Registro Público de la Propiedad a asesor jurídico del INE pasando por el OPLE hasta presidir el IVAI, y ahora subsecretario de Educación Media Superior y Superior junto a Claudia Tello.
Un currículum que parece un “Monopoly político”, donde las casillas son cargos, y la meta es… la Fiscalía General del Estado, de la que conforme pasan los días, es evidente que se va acercando.
Es un político polémico… alrededor de David Agustín se tejen las leyendas que se antojen como cuando a su llegada al IVAI, en octubre de 2021, es electo contra los requisitos constitucionales: ¡la maldita residencia! Cosa que para Morena fue pecata minuta… nada que una dispensa no cure…
Su paso por diversos cargos no sólo le da curriculum, sino también colmillo para enfrentar citatorios fiscales, acusaciones de corrupción, y hasta amenazas de violencia política de género.
Mientras clamaba por transparencia en el IVAI, circulaban versiones no tan limpias: denuncias de un “cursito” de dos horas de algo así de “Cómo ser Fiscal en tres pasos”, sin doctorado acreditable y con señalamientos de encubrimiento y violencia de género contra su equipo.
Su estrecha cercanía con los poderosos tampoco es ninguna coincidencia: Lo relacionan con Bola 8 y Cuitláhuac García; pero también con Nahle, allá cuando fue coordinadora del Grupo Legislativo de Morena… en pocas palabras, parece que siempre ha sabido desplazarse entre las corrientes correctas. Lo que no está claro es si lo hace para servir a Veracruz o para ascender un peldaño más. Conociéndolo, su ambición legal apunta directo al despacho de la Fiscalía.
Ahora, en la SEV, donde debería impulsar calidad educativa, su cargo suena más como “subsecretario del ascenso”: rodeado de acusaciones y apadrinamientos, su sueño fiscal será el termómetro de su paso. Lo curioso será ver si sus riesgos pasados y señalamientos públicos se convierten en manchas indelebles o simples anécdotas al servicio de su próxima campaña. Porque si algo sabe hacer este abogado-ocupacargos, es cambiar de silla antes de que suene el timbre del escándalo.
Así que, estimada Claudia Tello, enhorabuena: ya tienen al nuevo hombre fuerte en Educación, con visión… sobre la Fiscalía. Y a los veracruzanos, el reto está en averiguar si Jiménez Rojas desea mejorar aulas o planear su próximo botón de ‘renuncio y aspiro’. Porque en la política local, a veces la transparencia se diluye en la cercanía al poder, y las currículas de maestrías brillan más que los resultados académicos.
Como sea, hoy más que nunca David Agustín, desde la SEV, está más cerca que nunca de la Fiscalía General del Estado… baste que cruce el puente peatonal y agarre camino a Arco Sur ¡y listo!