septiembre 30, 2025

En Esta Hora

Porque la noticia… no puede esperar

Educación revolucionaria, humanista y cuatroteísta ¡Vive Dios!

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Cursaba el sexto semestre de Periodismo en la Septién cuando un día, al llegar al plantel, me encontré entre ocho o diez patrullas y a unos fulanos con traje de astronauta que literal, estaban tomando la escuela. Toda la cuadra fue cerrada a la circulación y desalojaron al personal del diario La Prensa. ¿El motivo? “Alguien habló para decir que hay una bomba en uno de los salones y por eso llamaron a la tecolotiza y al escuadrón antibombas”, me dijo un compañero.

La bomba nunca se encontró pero se suspendieron las clases hasta el día siguiente; el examen final que teníamos se corrió 48 horas y…

Varios años después y en torno de una mesa de cantina, el autor del chistecito contó la historia. Dijo que no había estudiado para el examen y que si ponchaba le quitarían la beca. Y sin beca tendría que decirle adiós a la carrera. “Fue entonces que se me ocurrió marcar desde un teléfono público a la Septién y lo demás ya se lo saben”.

A finales de los 80 y principios de los 90, gracejadas de ese calibre y de muy mal gusto ocurrían con alguna frecuencia en las escuelas, aunque nunca fueron más allá. En contrapunto, lo que sucede hoy son palabras mayores.

Este lunes, padres de familia y alumnos de la Secundaria Técnica 148 ubicada en el fraccionamiento “GeoVillas” del puerto de Veracruz, denunciaron alarmados que un alumno amenazó con provocar una balacera dentro del plantel.

El estudiante de tercer año, mandó mensajes donde aseguraba que iba a matar a sus compañeros y advertía que mejor ni se aparecieran por la escuela, lo que desató el pánico.

Amigos del mozalbete que no tiene arriba de 14 años, mostraron los mensajes a sus padres en los que se lee textual: “El lunes no entren a la escuela, (…) los que me caen bien no entren por favor (…) esto va enserio, ya no soporto a la jente que es mierda con las personas (…) ya les avisé eh, yo voy contra todos eh (…) es que estoy hablando enserio…”.

¿Y qué sucedió?

Los padres lo denunciaron ante la directora que minimizó el hecho, les pidió que borraran las capturas de pantalla y lo suspendió por tiempo indefinido.

¿Eso fue todo?

¿Y qué otra cosa esperabas lector?

De acuerdo con una de las madres de familia, el chavo mostró a sus compañeros por el chat la pistola con la que pensaba matarlos.

Aguas, aguas, aguas…

Ese joven no necesita de una suspensión del plantel, sino de ayuda profesional urgente. Ignoro si tiene padres o no, si vive en un hogar disfuncional, si sufre maltrato físico o psicológico, si arrastra complejos y frustraciones o si es un estudiante problema. Lo que sí es seguro es que es un riesgo para quien se le atraviese y necesita de auxilio, pero a la voz de ya.

Dios ha de querer que la suspensión no lo altere aún más y un día espere a sus compañeros a la salida del plantel para cumplir su letal amenaza.

En Estados Unidos las amenazas de este tipo con consecuencias fatales se cuentan por docenas. Y como en la Unión Europea no quieren que suceda lo mismo, han creado un sistema educativo integral para menores y adolescentes donde participan maestros, padres de familia, pedagogos y psicólogos. Lo mismo sucede en China, Japón y Corea del Sur, que tienen sistemas educativos muy avanzados donde lo primordial son dos cosas: la educación y la seguridad de los estudiantes.

En esas naciones la educación va más allá de la simple enseñanza y el resultado ahí está: sus niños y jóvenes tienen sus mentes libres de instintos agresivos y asesinos.

¿Qué tienen esos países que no tiene el nuestro? O mejor dicho, ¿qué tiene México que no tienen en otra parte? Y va la respuesta.

Lo que tiene nuestro país es un sistema educativo revolucionario, democrático, humanista y cuatroteísta, salido de mentes como la de Marx Arriaga; un sistema donde se privilegia el adoctrinamiento por encima de la enseñanza. Mientras más grillo, ignorante y sectario sea el educador, más posibilidades habrá de que los educandos sean como el chavo de la Técnica 148 del puerto jarocho.

bernagup28@gmail.com

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