Ante la información comunicada por Octavio Romero titular del INFONAVIT, de que en nuestro país hay 47,800 viviendas propiedad de ese organismo, pues éstas aún no han sido liquidadas, dijo que por instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum quienes invadan una propiedad privada para vivir, serán apoyados por el gobierno para no ser desalojados y podrán quedarse con ella a un precio muy económico, ha resultado todo un escándalo, pues la decisión de la nueva ley, abre la puerta para que organizaciones profesionales se dediquen sin ton ni son a invadir casas desocupadas. No solo las no ocupadas por sus dueños derivadas de créditos de ese organismo, que apoya la adquisición de viviendas para los trabajadores.
El censo realizado por ese organismo responsable de la vivienda para trabajadores en México determinó que hay 933,000 viviendas emproblemadas; de esas 145,000 están habitadas de forma irregular y 23,000 se encuentran deshabitadas. La propuesta es que el inmueble ocupado de manera irregular, sea adquirido a un precio económico con un esquema de renta con opción a compra para que se pague la renta y al mismo tiempo la vivienda.
Esta información fue declarada en la Mañanera del pueblo por el director del Infonavit, quien aseguró que a los ocupantes de viviendas -sin importar que no sean de ellos- y se les apoyará con un esquema para que las vayan pagando, como rentas, hasta ser los dueños.
En este sentido todos recordamos el caso de la abuelita Carlota “N” de 74 años, que desesperada ante la falta de respuesta de la Fiscalía del Estado de México, por la ocupación ilegal de su propiedad en el municipio de Chalco en ese estado, sacó una pistola y mató a dos inquilinos que ocupaban ilegalmente su vivienda. Hoy se encuentra en la cárcel privada de su libertad. De igual manera en la ciudad de Xalapa en la Unidad habitacional Jardines de Xalapa, se conoció al menos de una casa que fue invadida y al solicitar el desalojo, la dueña se topó con la decisión de un juez que otorgó la razón para su sorpresa, no al propietario, sino al invasor.
Así está empezando en nuestro país este tipo de decisiones de tipo socialista, que inician con el despojo de la propiedad para que deje de ser privada y las viviendas no ocupadas sean repartidas entre la población. El problema es que este tipo de medidas alientan el número de invasiones y lo que hasta el momento está iniciando con casas desocupadas provenientes de créditos del INFONAVIT, en breve se volverá una regla general para que grupos organizados con fines delincuenciales se apropien de todas las viviendas que por muerte o enfermedad dejen temporalmente sus propietarios.
Romero fue más allá: “la instrucción de la presidenta Claudia Sheinbaum es hablar con cada uno de estos que están dentro de las viviendas y buscarles una solución. Si alguien está de manera irregular dentro de una vivienda no lo vamos a sacar, pero si le vamos a advertir, que si no se regulariza, nunca va a ser su dueño”. “Estamos planteando que la pueda adquirir -dijo Romero- a un precio muy económico, con un esquema de renta con opción a compra, de manera que vayan pagando la renta y al mismo tiempo la casa, y a los cuatro o cinco años sean los dueños, aseguró.
Por lo anteriormente manifestado, resultará más fácil ser invasor que adquirir un crédito, pues mientras un crédito hipotecario del INFONAVIT o del FOVISSSTE es a 20 o 30 años, los invasores en solo cuatro o cinco años lograrán ser propietarios. El titular del INFONAVIT anunció que se acabaron los desalojos y que a los dueños originales se les buscará reponer su vivienda en otro lado. O sea que a los que se hicieron de su vivienda, ahora deben preocuparse pues seguramente pueden perderla.
El anuncio ha provocado temor y hasta pánico, pues esta medida nos pone más en la ruta de países como Venezuela y muchos corremos el riesgo de perder nuestra propiedad. La recomendación inmediata es si tiene una vivienda desocupada, le conviene más rentarla o venderla, pues al amparo de estas nuevas disposiciones es muy alto el riesgo de perderla.
*Maestro en comunicación, egresado de la Universidad Iberoamericana.- De la cual ha formado parte del personal académico de la licenciatura en comunicación, así como en la Universidad Anáhuac, campús CDMX.
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