Durante los años de la pandemia el responsable del Comando Norte estadunidense declaró que el dominio de los cárteles delincuenciales en México abarcaba una tercera parte del territorio nacional, quizás por la latente amenaza del contagio esa información pasó casi desapercibida, aunque ya había manifiestas señales de ese dominio en varias entidades de la federación mexicana. Entonces dominaba la “estrategia” gubernamental de abrazos y no balazos. Tiempos aciagos para las fuerzas armadas exhibidas en redes sociales mientras eran sometidas con escarnio, impedidas para reaccionar a causa de aquella consigna de no a la guerra contra la delincuencia, porque en tiempos de Calderón, el villano favorito de López Obrador, la violencia había hecho mucho daño al país, mejor “abrazos y no balazos” atendiendo “las causas de la delincuencia”. Sin embargo, ese gobierno dejó en el balance un saldo de más de 50 mil desaparecidos y casi 200 mil homicidios dolosos.
El gobierno de Claudia Sheinbaum, por sí u obligado por las circunstancias de dentro y fuera del país, ha dado un giro espectacular en el combate a la delincuencia y en los nueve meses de ejercicio ha descubierto e inutilizado gran numero de laboratorios clandestinos, a la vez ha capturado a buen número de capos de la droga, algunos de ellos entregados a las autoridades estadunidenses. Pero aún con esa estrategia de genuino combate a la delincuencia falta mucho por hacer, entre otras cosas desbaratar la extensa red de complicidades entre los generadores de la violencia y quienes ubicados en posiciones de poder público están en connivencia con el crimen organizado. Las autoridades conocen o sospechan de quienes se encuentran en esas complicidades, así lo reconoce el Departamento de Estado de allende el Bravo: “… Estados Unidos y México continúan trabajando juntos para combatir a los carteles y a los actores corruptos que los apoyan”, no se requiere de mucho razonamiento para concluir que se hace referencia a gente incrustada en el sector público. En Veracruz, la gobernadora Rocío Nahle ha revelado públicamente que ciertos candidatos a ediles ganadores de la reciente elección municipal mantienen vínculos con la delincuencia, ¿accederán al poder? Buena parte de la población de este país vive en continua zozobra, por ejemplo, en Tepalcatepec, un poblado ubicado en la región de Tierra Caliente, en Michoacán, el pueblo lucha para evitar el ingreso de células delincuenciales, su policía aguanta la embestida mientras aguardan la llegada de la Guardia Nacional o de las fuerzas armadas, de lo contrario quedarán indefensos ante la virulenta agresión que reciben. No estamos en guerra, pero así parece porque lo que sucede en Tepalcatepec es solo una muestra de lo que sufren poblados en Chiapas, Guerrero, Zacatecas, Sinaloa, etc. En esas circunstancias navega el gobierno mexicano con el enemigo adentro y la presión externa, capicúa se dice en el dominó.
Foto de portada:Tepaltepec// https://mizitacuaro.com/
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