Washington, D.C. – La relación entre el presidente Donald Trump y el magnate Elon Musk, dos de las figuras más influyentes del panorama político y empresarial estadounidense, enfrenta una creciente tensión, según reportes del Wall Street Journal. El causa ha sido la crítica pública de Musk hacia el proyecto de ley fiscal de Trump, descrito por el presidente como una “gran y hermosa ley”, pero que el CEO de Tesla y SpaceX ha calificado como una “abominación repugnante”.
El proyecto de ley, que extiende los recortes fiscales de 2017 de Trump e incluye nuevos gastos para seguridad fronteriza y el ejército, ha sido objeto de controversia. Musk, en una serie de publicaciones en redes sociales esta semana, expresó su preocupación por el impacto económico del proyecto, afirmando que “aumentará masivamente el ya gigantesco déficit presupuestario a $2.5 billones y cargará a los ciudadanos estadounidenses con una deuda insostenible”. Estas críticas han sorprendido a los asesores de Trump, quienes, según el Wall Street Journal, “no estaban preparados para la ofensiva de Musk”.
La relación entre ambos se ha visto aún más tensa tras la decisión de la Casa Blanca de retirar la nominación de Jared Isaacman, un aliado cercano de Musk, como administrador de la NASA. Isaacman, un empresario multimillonario y asociado de SpaceX, fue descartado el 31 de mayo de 2025 después de que Trump descubriera sus donaciones a destacados demócratas, según informó The New York Times. Esta decisión enfureció a Musk, quien, según fuentes cercanas, se quejó de haber donado “cientos de millones de dólares” para apoyar la campaña de Trump en 2024, solo para ver cómo se frustraban sus expectativas.
El descontento de Musk no es aislado. Figuras como el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, han coincidido con las críticas al proyecto de ley, señalando que detrás de la fachada de “grandes beneficios” se esconden recortes que afectarían la cobertura de salud de millones de estadounidenses. Schumer, en un discurso reciente, afirmó: “Estoy de acuerdo con Elon Musk. Este proyecto es feo hasta el fondo”. Además, un análisis de Yale y la Universidad de Pensilvania estima que la ley podría causar 51,000 muertes evitables al aumentar los costos de atención médica.
A pesar de las tensiones, la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, minimizó el conflicto, declarando a los medios: “El presidente ya sabe cuál es la postura de Elon Musk sobre este proyecto. No cambia su opinión: es una gran y hermosa ley, y él se mantiene firme en eso”.
Con el proyecto de ley ahora bajo consideración en el Senado, donde algunos republicanos conservadores como Ron Johnson y Rand Paul comparten las preocupaciones de Musk sobre la necesidad de recortes de gasto, el futuro de la relación entre Trump y Musk sigue siendo incierto. Lo que está claro es que esta alianza, una vez vista como un pilar del nuevo liderazgo republicano, enfrenta ahora un reto que podría redefinir su dinámica en los próximos meses.
Fuente: The Wall Street Journal, The Guardian y The New York Times.
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