agosto 18, 2025

En Esta Hora

Porque la noticia… no puede esperar

Bahena, una y otra vez.

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Tecleando por Luciano Bueno Garza

De origen azul fuerte, que gozaba de toda la confianza del círculo del poder partidista en el PAN, con la bendición de Enrique Cambranis, quien lo respaldó ante el exgobernador Yunes, para que recibiera luz verde y llegara al Congreso del estado como diputado local.

Sin embargo, el orgullo a la sangre azul le duró muy poco y, cuando Morena accede al poder, en 2018,  se le “cuela” a Juan Javier Gómez Cazarín y se convierte en el hombre “hombre fuerte” administrativa y operativamente, con el nombramiento de secretario general del Congreso

Registrando y contando: primera traición…. Al PAN

Dicen que para alcanzar ese nombramiento, negoció con el PRD y, una vez que logró su objetivo, con nombramiento en mano, incumple los compromisos con los perredistas y se ajusta únicamente a la línea morenista.

Registrando y contando: segunda traición…. Ahora al PRD

Aprovechando que Gómez Cazarín no le entendía al cien a eso de los manejos administrativos, se hizo su hombre de confianza y el de Hueyapan, lo mantiene en el cargo los dos periodos en que despachó como presidente de la Jucopo.

Dicen que como en la escuelita, le enseñó a su jefe, casi casi con peras y manzanas, el cómo hacer y deshacer en el manejo de los asuntos del Congreso…Vaya, le abrió los ojos y le enseñó el camino, lo suficiente para tener toda su confianza y lograr mantenerse durante 6 años, como el todólogo administrativa y operativamente.

Con la entrada de la nueva legislatura, Bahena, originario de Jaltipan, buscó esa cercanía de “cuasi paisanaje con el diputado Esteban Bautista, que es de Tatahuicapan y le habló y habló hasta hacer brincar a la serpiente, para decirle que lo hacía de buena fe para orientarlo en el arranque del ejercicio legislativo y que cuando “agarrase la onda”, si consideraba conveniente, renunciaba.

Esteban, el profe, gente del campo, sencillo y confiado, le extendió la mano e hizo lo correspondiente para sacar adelante que el pleno aprobara su nuevo nombramiento como secretario general.

Sin embargo, trasciende que se ha convertido en un dique que impide que se haga una revisión a fondo de todas las operaciones administrativas de las que fue ejecutor durante 6 años, con la finalidad de cubrir las espaldas de quien fue su jefe por dos ejercicios legislativos, Gómez Cazarín.

Registrando y contando: Tercera traición… “mordiendo la mano” de quien le dio la oportunidad de continuar… jugando chueco, ahora, en contra de Esteban Bautista.

Y, la pregunta es: ¿Hasta cuándo seguirá gozando de la jerarquía que le concede el cargo, que le permite “pasillos” de libertad para el manejo de ciertas partidas del presupuesto; así como de la autoridad para quitar y contratar personal a modo, en fin, de esa impunidad que le dota el ejercer el más alto cargo dentro del Congreso, al que puede acceder un servidor público, que no es diputado?.

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