Parece que las hazañas diplomáticas del secretario de economía, Marcelo Ebrard, no bastaron para el gobierno de Claudia Sheinbaum. Y es que a pesar de que el exsecretario de Relaciones Exteriores no escatimó en alardear y proclamarse arquitecto del T-MEC, según información trascendida por el portal El Ceo, el nuevo equipo negociador decidió que necesitaba a alguien con “credenciales reales”. ¿La solución? Luis Videgaray, el excanciller del gobierno de Peña Nieto que no solo enfrentó a Donald Trump en su versión más agresiva, sino que logró mantener el TLCAN vivo gracias a sus conexiones, especialmente con Jared Kushner, el yerno preferido del expresidente estadounidense.
Ironías de la política: al final, el hombre de Peña vuelve al escenario para corregir lo que el hombre de AMLO en el sexenio pasado tanto presumió. Si para Ebrard el T-MEC fue un logro personal, ¿qué significa que la nueva versión de la 4T tenga que recurrir a Videgaray? ¿Reconocimiento implícito de que los “méritos” de Marcelo no fueron suficientes? Más que una jugada estratégica, parece una humillación diplomática cuidadosamente empaquetada para el exCanciller.
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