Xalapa, Ver. – La capital veracruzana fue testigo de una nueva jornada de lucha feminista este 8 de marzo. Cientos de mujeres tomaron las calles y con un solo clamor: justicia, equidad y el fin de la violencia. La marcha, que partió desde el Teatro del Estado, avanzó por el Viaducto del Parque Juárez hasta llegar al Palacio de Gobierno, donde la indignación se hizo sentir.
El contingente, conformado por mujeres de todas las edades y condiciones, incluía niñas, jóvenes, adultas mayores y mujeres en silla de ruedas. Algunas que no pudieron marchar se sumaron desde sus comercios, ofreciendo agua fría a las manifestantes o vendiendo pañuelos con los colores del movimiento para apoyar la causa.
Al llegar al Palacio de Gobierno, las manifestantes encontraron un edificio recién pintado de blanco, pero vacío. No había funcionarios para recibir sus demandas, solo una lona con la frase: “Todos los derechos, todos los días, todas las mujeres”, lo que provocó el grito unánime: “¿Si es tiempo de mujeres, dónde está la gobernadora?”.
Las paredes del Palacio pronto se convirtieron en lienzos de denuncia. Nombres de agresores y mensajes de justicia quedaron plasmados a pesar de la presencia de mujeres policías que, aunque escoltaron la marcha, no intervinieron cuando las manifestantes tomaron el espacio para visibilizar su lucha.
Las láminas de metal colocadas en la Torre de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) tampoco quedaron intactas. Con pintura verde, roja y morada, fueron resignificadas como testigos de las denuncias.
En la Plaza Sebastián Lerdo de Tejada, la Batucada Fem recibió al contingente con un poderoso mensaje de sororidad, entonando cánticos al ritmo de garrafones y baquetas. Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando dos hermanas menores de edad, tomadas de la mano, caminaron entre la multitud mientras el resto coreaba: “¡Vivan las infancias!”.
El clímax llegó con la interpretación colectiva de “Canción sin miedo”, un himno que resonó en cada esquina del centro de la ciudad, recordando que la lucha sigue y que la voz de las mujeres no será silenciada.
La jornada estuvo marcada por la solidaridad. Desde comerciantes que regalaron agua y comida hasta mujeres que se apoyaron mutuamente en el trayecto, demostrando que la fuerza del 8M radica en la unión.
A pesar de la ausencia de respuestas oficiales, las mujeres xalapeñas dejaron en claro que su lucha no cesará hasta que haya justicia para las que ya no están y seguridad para las que siguen aquí.
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