Hace dos décadas, el 24 de marzo de 2005, la NBC estrenó The Office, una serie que, contra todo pronóstico, se convertiría en un fenómeno cultural y una de las comedias más queridas en la historia de la televisión. Adaptada de la versión británica creada por Ricky Gervais y Stephen Merchant, la serie estadounidense logró trascender su origen para desarrollar una identidad propia, con un humor irreverente y personajes inolvidables.
De Gran Bretaña a Scranton: el inicio de un clásico
La idea original de The Office nació en la BBC en 2001. La versión británica, protagonizada por el mismo Gervais en el papel de David Brent, presentaba un humor más seco y crudo, con un formato de falso documental que satirizaba la vida en una oficina común. A pesar de su éxito crítico, solo tuvo dos temporadas y un especial navideño.
Cuando NBC decidió hacer una adaptación estadounidense, los retos eran enormes. La primera temporada de The Office (US), con Steve Carell en el papel del torpe pero entrañable Michael Scott, recibió críticas mixtas, ya que intentó seguir demasiado de cerca la fórmula británica. Sin embargo, en la segunda temporada encontró su propia voz, con un tono más ligero y personajes más entrañables, lo que le permitió despegar y convertirse en un éxito de culto.
El legado de Dunder Mifflin
A lo largo de nueve temporadas y 201 episodios, The Office convirtió a personajes como Jim Halpert (John Krasinski), Pam Beesly (Jenna Fischer), Dwight Schrute (Rainn Wilson) y Kevin Malone (Brian Baumgartner) en parte del imaginario colectivo. Las dinámicas de oficina, las bromas internas y los momentos emotivos cimentaron su popularidad, logrando que la serie se mantuviera vigente incluso tras su final en 2013.
Plataformas de streaming como Netflix y Peacock han permitido que nuevas generaciones descubran la serie, manteniéndola en el centro de la conversación y consolidándola como una de las sitcoms más vistas de la era digital. Además, frases como “That’s what she said”, los excéntricos disfraces de Dwight o la relación entre Jim y Pam siguen siendo referencias obligadas en la cultura pop.
Un impacto que sigue vivo
A 20 años de su estreno, The Office no solo sigue siendo un ícono de la comedia televisiva, sino que también ha inspirado otros proyectos con su formato de falso documental, como Parks and Recreation y Modern Family. Además, ha impulsado la carrera de varios de sus protagonistas, especialmente Steve Carell, quien pasó de ser el jefe incompetente de Dunder Mifflin a convertirse en una estrella de Hollywood.
El impacto de la serie es tal que, en más de una ocasión, han surgido rumores de un posible reboot o spin-off, aunque hasta ahora nada se ha concretado. Sin embargo, lo que es innegable es que The Office sigue siendo una de las comedias más queridas, con un lugar asegurado en la historia de la televisión.
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