junio 15, 2025

En Esta Hora

Porque la noticia… no puede esperar

Salsa Fest, un bálsamo Vs dura realidad

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El Salsa Fest está en todo su apogeo, alimenta de alegría a una población ávida de satisfactores, en parangón recuerda al “pan y circo” de la Roma clásica. Crea una euforia que evidencia al entusiasta slogan que cataloga a esta fiesta salsera como “la mejor del mundo”, solo para consumo aldeano quizás, pero con ese desbordado entusiasmo publicitario lo visten como un reluciente atractivo capaz de reunir a medio millón de asistentes. Acerca de dónde los meten y cómo los alimentan es interrogante que la fiesta disipa mientras dure, porque en realidad ni toda la infraestructura hotelera y restaurantera estatal alcanzaría para darle cabida y alimento. Pero nada de eso importa cuando hay la oportunidad de disfrutar alimentando el ánimo para olvidarse momentáneamente del rudo golpeteo de la existencia cotidiana. Porque la terca realidad allí está, a la espera de que se disipe la algarabía aldeana para mostrarse otra vez cruda, fría e inexorable. Al final queda el agradecimiento colectivo por traer momentos de alegría, de fuga espiritual, aunque solo se reduzca a una limitada porción de nuestro territorio.

Porque con la realidad comparece el escrutador Instituto Mexicano para la competitividad (IMCO) mostrándonos un escenario que por obvio ya no vemos (lo obvio es invisible, dicen). Pero ¿cómo no conocer del atraso socioeconómico en que estamos inmersos en Veracruz? Porque no es posible evadir una realidad que día a día narra con singular crudeza el contraste entre Veracruz y otras entidades del centro y norte del país, también el pésimo estado de nuestras carreteras; no es posible ignorar el evidente atraso de nuestro sector agropecuario, huérfano de avances tecnológicos y lejos de la cultura de la irrigación; o la gran desigualdad social existente entre el Sur, Centro y Norte de nuestro largo territorio. Respecto de la inseguridad no vivimos en lecho de rosas, así lo manifiesta contundentemente la nota roja de cada día. Siete son los índices con los cuales el IMCO mide los avances de cada entidad federativa, los contempla desde categorías como: “Derecho y seguridad (homicidios, robos, percepción ciudadana); Salud y medio ambiente (esperanza de vida, acceso a hospitales); Educación y empleo (nivel educativo, informalidad laboral); Innovación y economía (patentes, exportaciones, PIB);Gobierno y participación ciudadana (corrupción, voto, deuda)”, en esas categorías la entidad veracruzana ocupa el lugar 26 de 32 entidades; cualitativamente estamos lejos de la Ciudad de México, Baja California Sur y Coahuila, los tres primeros lugares con los cuales no alcanzamos a competir, ni remotamente; lo nuestro es con Morelos, Zacatecas, Michoacán, Oaxaca y Guerrero, que paladinamente están en la inopia socioeconómica. Según el discurso oficial ya somos el país más democrático del mundo, tenemos “el programa de prevención de la salud más importante del mundo”, la “mejor fiesta salsera del mundo”, una “megafarmacia” que ni en utopía existe, y de remate estamos entre los pueblos más felices del mundo. Ojalá así fuera.

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