El 30 de junio de 2015 en gira por la zona norte de la entidad, estando en Poza Rica al entonces gobernador (es un decir) Javier Duarte de Ochoa, hizo una declaración con subrayada frase: “pórtense bien”, se le escuchó decir. Esa admonitoria expresión adquiría especial significado porque se pronunció en un contexto de elevada inseguridad y violencia que aturdía a la entidad. Fue tan rotundo el rechazo público hacia esa declaración que Duarte se vio obligado a aclarar su dicho. En entrevista con Gómez Leyva, expresó: «Está totalmente sacado de contexto mi mensaje. En ese momento exhorté a la comunidad de Poza Rica a conducirse dentro de la legalidad. En algunos casos se ha sacado de contexto, atribuyéndolo a un sólo gremio cuando lo hice a la sociedad en general […] Mi propósito era que al otro día iba a iniciar el blindaje de Poza Rica». Pero, en realidad su dicho tenía destinatario definido: “Pórtense bien, todos sabemos quiénes andan en malos pasos, dicen que en Veracruz sólo no se sabe lo que todavía no se nos ocurre. Todos sabemos quiénes de alguna u otra manera tienen vinculación con estos grupos […], todos sabemos quiénes tienen vínculos y quiénes están metidos con el hampa […], pórtense bien, por favor, se los suplico. Vienen tiempos difíciles […] Es atractivo, es seductor, en muchos casos, tener la primicia, tener la nota que uno de estos grupos nos dé para poder publicarla, para ganar la nota y poder figurar en la noticia. Pero créanme que quien se mete con esta gente termina mal”. Además, el tema dominante en esos días hacia referencia al número de periodistas muertos en la entidad. La zona norte, como en el centro y sur de la entidad ya eran, como aseguraba el sacerdote Alejandro Solalinde, un territorio pleno de fosas clandestinas.
La referencia al desacierto comunicativo de Javier Duarte de Ochoa es prueba manifiesta de la calidad humana de todo gobernante, que como cualquier otro ser humano está expuesto a cometer errores, aunque por ejercer un cargo de relevancia política y de elevada responsabilidad para con sus conciudadanos adquieren proporciones de otro orden. Justo ahora, somos testigos de la inconformidad social en respuesta a la declaración de la gobernadora Rocío Nahle, quien hizo referencia a la muerte “por infarto” de la profesora Irma Hernández, pese a haber sido cruelmente violentada. Si se revisan las actas de defunción la generalidad establece muerte por paro cardiorrespiratorio, lo cual es obvio, no obstante, también se asientan las causas que lo provocaron, en este caso debido a la despiadada tortura a que fue sometida. La reacción ciudadana cuestionó severamente a la gobernante estatal, trascendió los limites estatales y las fronteras nacionales. Aparejado con este tema brotó el movimiento de taxistas veracruzanos inconformes con la publicación de tarifas en la Gaceta Oficial. Esa protesta se originó por la falta de consenso, por lo que es muy probable haya una edición extraordinaria de la Gaceta para dejar oficializadas nuevas tarifas, esas sí en pleno concierto gremial con autoridades. Y para colmar la semana sobrevino el motín en el reclusorio de Tuxpan con saldo de ocho muertos y varios heridos. “Bienvenido mal, si vienes solo”, dice el inmortal don Quijote de la Mancha.
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