agosto 1, 2025

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Rocío Nahle García: ¿Un gabinete mudo y paralizado por falta de talento y ausencia de perfil, o silenciado y frenado por órdenes suyas?

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Una duda remite a más dudas.
La referencia es al gabinete del gobierno de Veracruz a cargo de Rocío Nahle García.
Y es que, además de la crisis política-mediática surgida tras el asesinato de la profesora Irma Hernández Cruz (+), cuyo cuerpo sin vida fue hallado el pasado jueves 24 de julio en su natal Álamo Temapache –donde había sido secuestrada el pasado viernes 18, se fortalecen algunos cuestionamientos alrededor de la jefa del poder ejecutivo y su equipo.
La pregunta inicial es ¿Por qué Rocío Nahle se equivocó como lo hizo al declarar lo que declaró a la Radiodifusora XEU en la ciudad y puerto de Veracruz?
Luego, surgen más cuestionamientos: ¿Dónde estaba Ricardo Ahued Bardahuil mientras la afirmación de su jefa, la gobernadora, era tundida en redes sociales y en medios de comunicación, locales, nacionales e internacionales?
Recordemos, por si alguien lo olvidó o ni siquiera está enterado, que Ricardo Ahued Bardahuil es el secretario de Gobierno de la entidad veracruzana.
Vaya, puntualizo este dato porque más allá de su intensa labor de pintar el palacio de gobierno y atender –desde una postura política débil- las protestas de taxistas por el tema de las tarifas, el dueño de Casa Ahued –exitosa y popular cadena de tiendas de plásticos- nomás no aparece en los momentos, las circunstancias, las coyunturas, donde debe estar como hombre de poder, fuerte, líder, macho alfa, espalda plateada, jefe político que detiene estruendos con solo una mirada.
Nada de eso, con Ricardo Ahued Bardahuil no tenemos nada de eso.
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Cuando Rocío cometió el desaguisado de exponer ante periodistas la obligación de los taxistas de apegarse a la añeja tarifa oficial para cobrar sus servicios –misma que no se ha renovado durante más de veinte años-, Ahued debió dar la cara –previa reunión con la gobernadora- y poner en marcha una estrategia con varios objetivos específicos y uno general.
El objetivo principal debió ser defender a la mujer que le puso en las manos la operatividad política de su gobierno en nuestros 212 municipios.
Aclarar, atajar, rescatar el discurso de la gobernadora y declarar, mínimo, que se estaba trabajando en un plan detallado para destrabar un nudo gordiano heredado por gobiernos anteriores en el complejo tema del transporte público.
Armar un plan eficiente y de acciones efectivas para evitar más daños y demostrar quien es el dueño de las concesiones y por tanto es quien manda: El Estado.
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Luego, ya entrando en detalles específicos, se debieron establecer diálogos inmediatos con líderes de taxistas en el norte, centro y sur de la entidad.
Salir de la hermosa, bella, siempre culta y cómoda Xalapa, para llenarse un poco de lodo en Poza Rica; sentir algo del calor terrible de Coatzacoalcos; visitar ciudades siempre atractivas como Córdoba, Orizaba o Veracruz.
Hacerse sentir y con apego a la lealtad obligada, demostrar que así manda y controla el escenario político la gobernadora Rocío Nahle García.
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Acciones de esta envergadura habría retirado los focos de atención siempre puestos sobre el protagonismo cotidiano de Rocío Nahle García que a veces sale muy bien calificada y en ocasiones comete errores y los paga ella solita porque ni su gabinete, ni su partido MORENA, ni sus aliados políticos le cuidan la espalda, salvo muy honrosas excepciones…
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En el caso de las tarifas de taxis, Ricardo Ahued contribuyó a prender la mecha, fue incapaz de operar en términos políticos para evitar las marchas y luego compartió el ridículo de recibir a los inconformes trabajadores del volante nomás para terminar reculando con las nuevas tarifas recién anunciadas por el gobierno donde –en teoría- el ex senador y ex alcalde de Xalapa ocupa la segunda posición de mando.
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En forma paralela se fue construyendo la bomba que mayor daño ha causado, hasta hoy, al sexenio 2024-2030: el discurso fallido del infarto como causa de muerte de la maestra Irma Hernández Cruz, quien –estrictamente- fue arteramente asesinada.
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Esta crisis ha cumplido ayer, jueves 31 de julio, una semana alimentando el frente noticioso estatal y nacional –con ecos aún vivos en el plano internacional-, amén de nutrir el morbo político de las redes sociales donde los rivales de Rocío Nahle se regocijan.
¿Y Ricardo Ahued Bardahuil?
¿Ni una declaración para defender a la gobernadora que lo ha puesto a cuidarle la espalda?
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¿Y Benita González y el muchacho Rodolfo Bouzas, los responsables de Comunicación Social? ¿Puro boletín y fotos y videos bonitos? ¿En esto consiste una política de Comunicación Política al nivel de un gobierno estatal en una entidad como Veracruz?
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¿Estamos frente a un gabinete impedido para actuar por órdenes de la misma gobernadora, o se trata de un equipo sin talento, sin perfil, sin experiencia?
Cualquier respuesta a estas interrogantes es motivo de preocupación; porque ya llevan ocho meses cobrando en la nómina y el trabajo de esta gente deja mucho qué desear…

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