En lo que va de su administración, Rocío Nahle, por su perspicacia política, conoce de arriba-abajo a sus colaboradores.
Sabe de sus virtudes y limitaciones.
Sabe también quién es probo y quién es infame; porque los hay.
La gobernadora tiene su proyecto de política pública, y esa coyuntura solo se presenta una sola vez en la vida.
Por eso pondera los riesgos que avizora en el caso de que sus planes no logren consolidación y eficacia, por la ineptitud y tibieza emocional de algunos colaboradores.
En razón a ello, debe enfrentar –con un equipo experto, receptivo y arrojado– los retos de un sexenio donde la violencia política y la inseguridad, se desplazan velozmente.
Las pugnas entre caciques y células delincuenciales, hacen que Veracruz sea uno de los estados de la República en donde la injusticia y la violencia sociales, se corrompen.
Según la Administración para el Control de Drogas (DEA), cuatro organizaciones criminales se mueven en la entidad: CJNG, Cártel de Sinaloa, Cártel del Noreste y Cártel del Golfo.
Por esta razón la mandataria fue directa. Sin rodeos solicitó el apoyo de su amiga la Presidenta de México, para enfrentar ese cáncer que es la violencia política.
El todopoderoso de la Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, tiene entre sus manos la encomienda de pacificar a los grupos delictivos que se disputan esta “jugosa” plaza.
Es el brazo derecho en materia de seguridad de la señora Sheinbaum, quien ha depositado en él toda la confianza.
Heredero de una cultura política y militar (hijo de Javier García Paniagua y nieto del general de División Marcelino García Barragán, dos servidores públicos respetados en el Ejército, la Marina y en la Federal de Seguridad), el “Superman” del gabinete, no solo tiene el diagnóstico del mapeo violento, sino que ya ejecuta la estrategia en todo el solar veracruzano.
García Harfuch solo heredó el físico árabe de su mamá María Sorté; porque la actitud y mano firme, proviene de su padre y abuelo.
No queremos más a un Veracruz donde lluevan balas, injusticias y atracos políticos de los tarambanas.
Veracruz debe tener fortaleza para no estar sometido por los cárteles.
Rocío Nahle no va a sacrificar el poder político que posee, por incompetencias pueriles y lerdas.
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