agosto 7, 2025

En Esta Hora

Porque la noticia… no puede esperar

Resistir con discursos… CEDER EN LOS HECHOS

Compartir:

Como reportero con años de experiencia cubriendo política latinoamericana –soy miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) —mi opinión sobre la declaración optimista de Claudia Sheinbaum –que a su gobierno le ha “funcionado su estrategia de cabeza fría, temple y defensa con firmeza de nuestros principios de soberanía”—, es la siguiente:

Una estrategia hábil…pero reactiva

Sheinbaum ha logrado al inicio de su sexenio, proyectar estabilidad en medio de una tormenta geopolítica.

Su decisión de no ceder al pánico ni responder con estridencias frente a la amenaza arancelaria de USA, especialmente bajo la retórica agresiva y ególatra de Donald Trump, fue inteligente.

La contención emocional y el discurso de soberanía le han permitido capitalizar políticamente esta situación ante la opinión pública, dándole, ocasionalmente, legitimidad como Jefa de Estado.

Pero no debemos confundir temple con estrategia a largo plazo. Si bien evitó una crisis inmediata, lo hizo frenando, no solventando.

¿Defensa de soberanía o pragmatismo diplomático?

Hablar de “defensa con firmeza de nuestros principios” resuena contundente, pero en los hechos, México sigue actuando como contenedor migratorio del país que posee la mayor potencia económica del mundo.

Se han desplegado miles de elementos de la Guardia Nacional en la frontera con el país vecino, y se sigue aceptando el rol de retén migratorio disfrazado de acuerdo bilateral.

El temple mostrado por Sheinbaum es más bien una expresión de realismo diplomático: sabe que un choque con USA no conviene en lo económico ni en lo político ni en lo electoral.

Pero eso no significa que haya rediseñado una política exterior soberana.

Lo que hay es continuidad con la doctrina AMLO: resistir con discursos, ceder en los hechos.

El riesgo: quedarse en la narrativa

Una estrategia de “cabeza fría” funciona mientras el otro jugador no aumente la presión. Y Trump, ya empoderado de la Casa Blanca, intensificará las amenazas de un día para otro.

Entonces, ¿seguirá funcionando la templanza?

¿O llegará el momento en que se necesiten decisiones estructurales y no solo retóricas?

Aunque el lenguaje presidencial es acertado en forma, el fondo carece de ambición transformadora.

No están diversificando relaciones comerciales, no se fortalece el mercado interno, y no se reduce la dependencia con la nación más poderosa de la tierra.

La estrategia actual es reactiva, no propositiva.

Está “colgada” con alfileres.

En conclusión, Claudia Sheinbaum ha sorteado bien su primera gran prueba como presidenta. Ha mostrado templanza, inteligencia emocional y capacidad de contención.

Pero el verdadero liderazgo no está solo en evitar crisis, sino en diseñar una ruta soberana, proactiva y diversificada dentro del nuevo orden comercial mundial.

Y eso, hasta ahora, no lo hemos visto.

Compartir: