Rogelio Franco es un claro ejemplo de cuando el poder de un gobierno se ensaña contra un ciudadano, de lo ingrata que es la política, de las traiciones que hay en ella y de lo expuesto que se está cuando se escala y aún falta algo de madurez.
Sus yerros los ha tenido, pero estuvo en la cárcel no por eso sino por una venganza al no poder la dupla Cuitláhuac-Patrocinio desquitarse directamente con el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares
Como no pudieron entonces encarcelaron por motivos sin sustento legal -hicieron lo mismo con otros políticos- a Rogelio Franco, quien fue secretario de Gobierno con Yunes.
Franco fue producto de ejercer una política zigzagueante. Empezó como auxiliar de quien manejó al PRD durante un buen tiempo, Arturo Hérviz, quien tras ser alcalde, diputado y senador acaba de perder la elección de presidente municipal en Ángel R. Cabada.
Años después, siendo gobernador Javier Duarte, llegó a la dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática, en una época en la que el PRD estaba identificado por negociar con el gobierno, cuestión que se había acentuado con Fidel Herrera y continuó con Duarte.
Así fue su dirigencia los primeros años, de buena relación con el gobierno, pero todo cambió al llegar la etapa del proceso electoral para elegir a quien sucedería a Duarte.
No se resistió a la alianza que buscó con el PAN el entonces dirigente nacional del PRD, Agustín Basave, así que Acción Nacional y el Sol Azteca postularon para la gubernatura, en 2016, a un mismo candidato a la gubernatura, Yunes Linares.
Franco se subió a ese carro y le fue bien. Fue nombrado secretario general de Gobierno en esa administración de dos años, cargo en el que no hizo gran cosa porque así sucede cuando hay un gobernador muy fuerte.
Sin embargo, ocupaba un buen puesto y tenía la oportunidad de continuar en la política sí se retenía la gubernatura en 2018, cuestión que no sucedió.
Le dio tiempo de colocar en la dirigencia perredista a un supuesto incondicional suyo que realizó un papel tan malo y gris que no es fácil acordarse de su nombre, pero fue al que se le deshizo en sus manos ese partido, no sin antes traicionar a Franco.
Llegó Cuitláhuac de gobernador y fue nombrado Patrocinio Cisneros como secretario de Gobierno. En su momento, cuando quisieron cobrar facturas, vieron presa fácil en Rogelio Franco, a quién encarcelaron con acusaciones que, se fue viendo paso a paso, eran falsas.
La verdad es que se ensañaron con él. Le inventaron seis acusaciones penales para que no saliera de la cárcel, hasta que ahora ya quedó totalmente exonerado.
La fiscal general, Verónica Hernández Giadáns, sabe de esas acusaciones que mantuvieron a Rogelio Franco encarcelado injustamente un largo tiempo, como del encarcelamiento de otros políticos, lo que marcó al gobierno de Cuitláhuac como el más represor de los últimos tiempos.
Debería haber sanciones legales para todos los involucrados en esos actos represivos, pero eso es algo que seguramente no sucederá, solo quedará el registro de la actuación tan represora, ilegal y deleznable que tuvieron al abusar del poder.
YA VIENEN LOS CAMBIOS
Ya decidió la gobernadora Rocío Nahle hacer cambios en su gabinete, así lo indican las señales que flotan en el ambiente político de Veracruz y que especialmente son emitidas desde Xalapa.
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