abril 29, 2025

En Esta Hora

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RENOVADO PARA VIVIR… Del escritorio del Pas Miguel Blanco de Maranatha Costa de Oro

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Jesús dijo: Si alguien tiene sed, venga a mí, y el que cree en mí, que beba. Como dice la Escritura, del interior de aquél correrán ríos de agua viva. – Juan 7:38 (DHH)

Cuando mi familia y yo visitamos el Parque Nacional Zion en Utah, EE. UU., nos sentimos pequeños al contemplar las montañas grandiosas que enmarcaban nuestra rústica cabaña. Esta zona desértica es conocida por sus formaciones de acantilados. Pasamos varios días subiendo por senderos empinados mientras disfrutábamos de las vistas. Durante las caminatas, me pregunté qué sustentaba la abundante vida vegetal y animal en esta fortaleza árida y rocosa.

Un día, caminamos por un sendero llamado Weeping Rock (La roca que llora). Después de detenernos un par de veces para recuperar el aliento, encontramos agua que se filtraba por encima de nuestras cabezas. Alrededor del peñasco húmedo crecían hierbas vibrantes. Al examinarlo más de cerca, descubrimos un manantial de agua fría y clara. Nos asombramos ante esta milagrosa fuente de agua que trae vida al desierto.

De camino a casa, reflexioné sobre el agua que fluía. Me recordó lo que dijo Jesús sobre el «agua viva». Cuando nos sentimos desolados y agotados sin nuestra propia fuerza, Cristo proporciona agua viva para saciar nuestra sed y renovar nuestro espíritu. A pesar de nuestra situación, Jesús trae esperanza y gracia como un manantial en el desierto. El agua viva puede entonces fluir de nosotros a otros que la necesitan.

ORACIÓN
Dios vivificante, gracias por el agua viva que nos renueva. Ayúdanos a ser manantiales de agua viva donde otros puedan probar y sentir tu amor dadivoso. En el nombre de Jesús. Amén.

LECTURA
Evangelio según San Juan 4:1-14
[1] Cuando el Señor supo que los fariseos habían oído decir: «Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan» [2] (aunque en realidad Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), [3] salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. [4] Le era necesario pasar por Samaria, [5] así que fue a una ciudad llamada Sicar, la cual está junto a la heredad que Jacob le dio a su hijo José. [6] Allí estaba el pozo de Jacob, y como Jesús estaba cansado del camino, se sentó allí, junto al pozo. Eran casi las doce del día. [7] Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber.» [8] Y es que sus discípulos habían ido a la ciudad para comprar de comer.
[9] La samaritana le dijo: «¿Y cómo es que tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Y es que los judíos y los samaritanos no se tratan entre sí.
[10] Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”; tú le pedirías a él, y él te daría agua viva.» [11] La mujer le dijo: «Señor, no tienes con qué sacar agua, y el pozo es hondo. Así que, ¿de dónde tienes el agua viva?
[12] ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?»
[13] Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; [14] pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás. Más bien, el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que fluya para vida eterna.»

PENSAMIENTO
A pesar de mis circunstancias, Cristo sacia mi sed.

OREMOS
Por recibir el descanso que Cristo ofrece.

LA BIBLIA EN UN AÑO
Hoy leemos:
1 Samuel 26, 27, 28.

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