septiembre 26, 2025

En Esta Hora

Porque la noticia… no puede esperar

Por fin, una buena para Nahle; no son más por su pleito con los veracruzanos

Compartir:

Celebró la gobernadora Rocío Nahle que la agencia internacional Fitch Ratings elevó la calificación nacional de la calidad crediticia de largo plazo del estado, que pasó de A-(mex) a A(mex), con perspectiva estable, reconociendo la solidez financiera y operativa de Veracruz.

Tiene motivos suficientes para hacerlo, pues antes obtuvo también mejora de las agencias HR Ratings y Moody’s, que reconocieron la gestión fiscal de su gobierno, lo que consolida su reputación como referente de disciplina financiera y manejo responsable de los recursos públicos.

“¡Vamos bien! Administrando con responsabilidad”, publicó en las redes. La calificó como “Muy buena nota para las finanzas de Veracruz”. Se refería, sin duda, a la información que publicó el diario El Financiero en su edición del lunes. Normalmente son inserciones pagadas, lo que no resta mérito al logro.

La mejora en la calificación refleja mejores condiciones para el acceso a nuevos financiamientos, una mayor confianza de inversionistas y una percepción positiva del manejo fiscal ante la Federación, dijo el medio especializado en finanzas y economía (esa percepción la perdió el gobierno de Javier Duarte en su último tramo).

Además, agregó, tiene un efecto favorable en la calificación de la deuda bursátil de los municipios donde el Estado funge como aval, fortaleciendo la estabilidad financiera de la región. La nota dice más, pero creo que con eso basta.

Cuando recibió la buena nueva, Rocío tuvo suficientes motivos para sacar de la nevera una botella de champán (a su altura, porque no creo que tome y celebre con sidra poblana), descorcharla y celebrar con sus más cercanos, además porque no ve una, bañado como está en sangre el estado a causa de la violencia que genera la delincuencia organizada, que prácticamente tiene tomado el territorio estatal.

Le ganan sus impulsos belicosos

No obstante ese hecho, podrían ser más las notas buenas y favorables que recibiera si no le ganaran sus impulsos de pelear, combatir, perseguir, descalificar, ejercer venganza sin motivos y enfrentarse con los veracruzanos, de la que es gobernadora, en lugar de buscar y propiciar la unidad dentro de la diversidad y la pluralidad.

En la campaña fue normal que se le viera como una intrusa por no ser originaria del estado, además porque la veían como una imposición de Andrés Manuel López Obrador, lo que fue cierto, pues al no haber crecido y haberse formado políticamente en el estado, no tenía base popular, incluso desconocía Veracruz, como también se vio en su campaña cuando cambió nombres de lugares y personajes históricos.

Pero finalmente ganó, haiga sido como haiga sido, llegó al gobierno y al poder, tuvo un arranque esperanzador y prometedor de que ella y su gobierno serían mejor que el de su antecesor Cuitláhuac García Jiménez y el de todos sus antecesores, dijo que iba a gobernar para todos sin distingo y muchas cosas más, pero pronto se vio que no era así.

Deja perder una gran ventaja que tenía o tiene

Tenía una gran ventaja, que era, a la vez, su punto de apoyo para convertirse en una verdadera y gran lideresa, como hace mucho no la tiene el estado: el hecho de no ser nativa de Veracruz ni haberse formado aquí y por lo mismo no estar comprometida con los grupos y corrientes con partido y sin partido que nutren la vida pública y política de esta gran comunidad que es Veracruz.

El veracruzano, no me cabe la menor duda, es político por nacimiento y su muy rica historia nos enseña cómo, con todo y sus diferencias, ha sabido superar, unido en la adversidad (por aquí entró la Conquista, se forjó la Reforma, pasó la Independencia y en parte tuvo su asiento la Revolución), diversas etapas que forjaron su identidad, como un pueblo noble y alegre pero que no se deja, como no se dejó cuando los norteamericanos invadieron el puerto en 1914.

Había, pues, el terreno barbechado y abonado para que una mujer, nativa de otro estado, con sus buenas acciones, conquistara a este pueblo que recibió a Carlota, lo encabezara y lo llevara a nuevos derroteros de su historia, pero conforme pasa el tiempo esa oportunidad la va y está perdiendo y con ello el gran capital político con el que triunfó en 2024.

Hay señales muy claras de ello: la derrota de la mayoría de los municipios, apenas 12 meses después de su gran triunfo, de su partido, ya siendo ella gobernadora y lideresa (se supone) moral de Morena, y el último lugar que ocupa en las encuestas entre todas las gobernadoras y todos los gobernadores del país, lo que debiera de preocuparle así como a sus asesores o consejeros.

No pudo en San Lázaro contra Sergio Gutiérrez

En “Prosa aprisa” del pasado 4 de septiembre (“Nahle, como Yunes Linares, resultó belicosa y abre frentes cada que puede”), comenté:

“La gobernadora Rocío Nahle no deja de sorprenderme. Parece que cada vez queda más claro que su especialidad como política y como gobernante es abrir frentes de batalla, lo que me llevaría a calificarla como una verdadera guerrera. No es un secreto que está peleada con el líder del Senado, Adán Augusto López, con el senador Miguel Ángel Yunes Márquez, con el exgobernador y senador suplente Miguel Ángel Yunes Linares, con el senador Manuel Huerta, con el dirigente nacional de MC Jorge Álvarez Máynez, con el auditor de la Auditoría Superior de la Federación y senador suplente José Manuel del Río Virgen, con el excandidato a la gubernatura Pepe Yunes, con figuras políticas de la oposición, con periodistas, con algunos alcaldes y alcaldesas salientes y entrantes, con…

“Y ahora resulta que también acaba de abrir fuego contra Sergio Gutiérrez Luna, según lo que reveló ayer El Universal en su columna ‘Bajo Reserva’. Con el subtítulo ‘Se aviva el fuego ´amigo´ en Morena’, El Gran Diario de México publicó: ‘Nos dicen que quien hizo berrinche para evitar que Sergio Gutiérrez Luna (Morena) quedara en la vicepresidencia de la Mesa Directiva, fue nada menos que la gobernadora morenista de Veracruz, Rocío Nahle, quien dio la instrucción a sus diputados de Morena, PT y PVEM para que votaran en contra de la integración de la mesa, o en su caso, se ausentaran. Al final, 21 de los 24 diputados veracruzanos de las tres fracciones parlamentarias, hicieron vacío y no votaron’”.

Una “veracruzana”, pues, contra un veracruzano. En la misma columna dije que el único delito que había cometido Sergio era haber aspirando también a la gubernatura pero que nunca se metió con ella, y que cuando tuvo claro que estaba decidida la candidatura de Rocío se fue de inmediato del estado y no ha vuelto para no interferir en sus actividades.

Ahora, tampoco, contra los Del Río Virgen y Serrano

Ahora, el martes, lo volvió a hacer. Esta vez contra otro veracruzano. Ordenó a los diputados federales de su partido que votaran en contra de Óscar Daniel del Río Serrano como nuevo titular del Órgano Interno de Control (OIC) de la Fiscalía General de la República (FGR). Como en el caso de Sergio Gutiérrez, le pasó encima la maquinaria morenista de San Lázaro: Del Río obtuvo el cargo con 407 votos a favor contra solo los 14 de Nahle. Sin duda, una segunda fuerte derrota política, que le confirmó que hay fuerzas políticas más poderosas que la de ella.

Votaron en contra Magaly Armenta, Elizabeth Cervantes, Margarita Corro Mendoza, Zenyazen Escobar, Ana Mariam Farráez, Eleazar Guerrero, Mónica Herrera Villavicencio, Jorge Alberto Mier, Jaime Humberto Pérez Bernabe, Paola Tenorio Adame, Francisco Velázquez, Zoraya Villacis Palacios, Enrique Villegas García y Dulce Villegas Guarneros, así como la pevemista Denisse Guzmán González.

¿Por qué su rechazo a Del Río Serrano? Por la sencilla razón de que es hijo de José Manuel del Río Virgen. ¿Qué le hizo Del Río hijo para que le echara su diputación encima? Que se sepa, nada. El joven se dedica a su trabajo especializado de fiscalizador, no tiene participación partidista, no viene al estado a causarle problemas ni se sabe que se los cause en la capital del país. Nunca se ha metido con ella, pues. Del Río padre fue encarcelado injustamente, por venganza contra Ricardo Monreal, por Cuitláhuac García Jiménez, que se sepa nunca se ha metido con la gobernadora, a la que quería o ha querido ayudar como veracruzano, y su único delito es que es militante de Movimiento Ciudadano y vive en Papantla donde perdió el candidato de Morena en la pasada elección municipal, aunque con fraude y el contubernio del Tribunal del Estado de Veracruz lo han hecho ganar.

En “Prosa aprisa” de principios de mes recordé que ante las quejas de que el entonces secretario general de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, se peleaba con todos o los estaba persiguiendo o reprimiendo, el entonces candidato a la gubernatura, Agustín Acosta Lagunes, expresó estando en Paso de Ovejas: “¿Yo, pelearme con mis paisanos?”. Eso es lo que está haciendo ahora la gobernadora y con ello perdiendo la gran oportunidad de lograr puras notas buenas y positivas para ella, para su gobierno, para Veracruz y para los veracruzanos.

Compartir: