A pocos días de que se lleve a cabo la elección del Poder Judicial en Veracruz, resurgen prácticas que evocan los métodos del viejo régimen priísta: el uso de estructuras sindicales para movilizar votos de manera corporativa y, peor aún, coercitiva. En el magisterio veracruzano, concretamente en la Sección 56 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), se ha detectado un caso preocupante que confirma esta tendencia.
José Reveriano Marín Hernández, diputado local por la vía plurinominal y actual líder de esta sección sindical, está pidiendo a los maestros que voten ¡por su esposa!
Se trata de Leticia Salazar Cortina, candidata a una magistratura familiar.
El mensaje dirigido al gremio indica claramente cómo votar por ella: “En la boleta rosada, ubica el recuadro color gris y escribe el número 15”.
Se menciona su formación en Derecho y una trayectoria dedicada supuestamente a la procuración de justicia, aunque es evidente que su principal respaldo no es su experiencia, sino su vínculo con el poder sindical.
A ella se suma otro nombre impulsado por el mismo Diputado Reve: Aura Esther Estrada Hernández, quien participa por una magistratura de Tribunales Colegiados de Circuito, en materia Civil. No sabemos el vínculo que hay entre esta joven y el líder sindical pero igual está preocupado por llevarle votos magisteriales a las urnas.
La situación se agrava cuando se conoce la cuota impuesta: mil votos por delegado. No se habla ya de una invitación libre al voto, sino de una exigencia explícita, apelando no solo a los agremiados, sino a la esposa, el esposo, los hijos si están en edad de votar, amigos, vecinos, cualquiera que tenga credencial de elector.
Se trata de una movilización de corte clientelar y autoritario que distorsiona por completo el principio de independencia que debería regir en la elección de jueces y magistrados.
Si este modelo de elección prospera, no se puede esperar un Poder Judicial autónomo ni imparcial. Los perfiles que llegarían a ocupar cargos estratégicos serían personas cuyas lealtades estarían comprometidas de antemano, no con la justicia, sino con quienes les garantizaron los votos. Se construiría así un tribunal contaminado por intereses políticos y faccionales, lejos de representar un equilibrio o contrapeso frente al poder.
Para los maestros, esta práctica representa una nueva forma de sometimiento. En lugar de un sindicato que los defienda, tienen líderes que los utilizan como plataforma política personal. El viejo PRI puede haber cambiado de nombre, pero sus métodos siguen vigentes: presión, cuotas, amenazas veladas y el uso de estructuras corporativas para perpetuar el control político.
La ciudadanía veracruzana debe mantenerse alerta ante estos procesos. No se trata solo de quién será magistrado o juez, sino de qué tipo de justicia queremos: una que sirva al poder o una que sirva al pueblo… por lo mientras, el Maestro Reve está reprobado!
Obligados a votar por la esposa de Reve

Historias similares
Las crisis y la democracia
¿Realmente quiere usted ir a votar el domingo Uno de Junio?
Knock Out (KO) de Morena a oposición en día domingo