abril 18, 2025

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No entienden que no entienden: Frente Cívico quiere que Xóchitl encabece su proyecto político

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El anuncio del Frente Cívico Nacional sobre su intención de convertirse en partido político para 2026 parece un ejercicio de reciclaje político más que una propuesta opositora innovadora. A pesar de su retórica de renovación y propuestas frescas, los nombres que circulan entre sus filas apuntan a todo lo contrario: figuras que representan la derrota y el desgaste de la oposición en México.

¿Xóchitl Gálvez? ¿En serio? Y es que la intención de incluir a la excandidata presidencial, quien por cierto siempre cargará con el estigma de haber protagonizado una de las campañas presidenciales más deslucidas de las últimas décadas, es un claro ejemplo de que no han entendido la lección. Gálvez, derrotada por casi 30 puntos en 2024, no logró convencer a un electorado ávido de liderazgo y anti 4T, y su inclusión como un supuesto “activo político” del Frente Cívico Nacional solo refuerza la percepción de que este movimiento no comprende el nivel de renovación que los ciudadanos exigen. Xóchitl, en el fondo, sólo representa otro tipo de izquierda que no convence a nadie.

La oposición sigue demostrando que “no entiende que no entiende”. El fracaso de Gálvez no es solo suyo, sino un síntoma de una oposición sin estrategia ni autocrítica, que insiste en reciclar “cartuchos quemados” en lugar de construir desde las bases una propuesta seria, que sea auténticamente contraria a Morena y que esté conectada con las necesidades reales del país. Que vean los ejemplos de Argentina, El Salvador y, más recientemente, Estados Unidos. Podrán gustar más o menos, pero sus líderes políticos representan una posición ideológica radicalmente opuesta a la izquierda, siendo esa la principal causa de su popularidad. Y esa es justo la fórmula que en México tienen que replicar pero que, por corrección política mal entendida, la oposición teme utilizar por pánico a que los cataloguen como “derechistas”.

En fin, esta incapacidad para ofrecer alternativas frescas no solo les condena a un anticipado fracaso electoral, sino que también provoca un profundo desencanto entre los ciudadanos que aún mantienen esperanzas de cambio político.

El Frente Cívico Nacional debería replantear su estrategia si realmente desea ser una opción competitiva en 2026. De lo contrario, no será más que un apéndice irrelevante de una oposición que sigue naufragando en su propio espejismo. O, como algunos ya los están llamando, ‘Fuerza y Corazón por México, parte II’.

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