junio 8, 2025

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Manuel Huerta le lleva la contraria a la gobernadora Nahle y les abre la puerta de Morena a los Yunes del Estero

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La política, como el ajedrez, depende tanto de las jugadas que se hacen como de las que se dejan de hacer. En este tablero, el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara y la gobernadora Rocío Nahle García han exhibido posiciones claramente divergentes respecto a la posibilidad de que los Yunes del Estero tengan cabida en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Por un lado, Huerta, con un tono aparentemente conciliador, ha dejado abierta la puerta para Yunes Márquez, destacando su proximidad con las iniciativas de la Cuarta Transformación en el Senado: “Bienvenido cuando alguien suma su voto”, afirmó, subrayando que cualquier apoyo a la causa morenista es valioso, más allá de las fracturas previas. Su postura parece alinearse con una estrategia pragmática (y algunos dirían oportunista): sumar fuerzas, incluso de quienes anteriormente fueron adversarios, para fortalecer el proyecto político.

Por el otro lado, Nahle ha sido categórica: no hay espacio para los Yunes en Morena, al menos no en Veracruz. Su rechazo, fundamentado en el historial de enfrentamientos con esta familia política desde las épocas de campaña, pone de manifiesto un enfoque más ideológico y de valores. Para Nahle, no se trata solo de sumar votos, sino de mantener intactos los principios del movimiento y evitar que figuras asociadas con prácticas políticas cuestionables empañen su credibilidad.

Este “desencuentro” entre Huerta y Nahle no es menor. En un momento en que Morena busca consolidarse como fuerza hegemónica en el país, estas diferencias revelan tensiones internas que podrían ser aprovechadas por la oposición. Además, el hecho de que la dirigencia nacional del partido, encabezada por Luisa María Alcalde, también haya manifestado una postura abierta en la que acepta a los Yunes sin contemplaciones, deja a la gobernadora en una posición incómoda, como reconoció ella misma en una entrevista que concedió el día de ayer a Álvaro Delgado.

Mientras tanto, la base de Morena en Veracruz enfrenta un dilema: ¿aceptar la integración de los Yunes bajo una lógica pragmática o rechazarla para preservar los principios que dieron origen al movimiento? La respuesta podría tener implicaciones significativas no solo para el partido en el estado, sino para la narrativa nacional de la Cuarta Transformación. Eso sí, la gobernadora asegura que ella conoce el sentir de las bases y emplazó a una encuesta que determine la aceptación de los expanistas en Morena.

Lo que queda claro es que, en este ajedrez político, tanto Huerta como Nahle están jugando para ganar, pero sus estrategias, en lugar de complementarse, los divide. La gran pregunta es si Morena puede permitirse este tipo de fisuras en un contexto donde la unidad es clave para enfrentar los desafíos del 2025. ¿Será este desencuentro una anécdota más en la política veracruzana o el inicio de una batalla interna de mayores proporciones? Solo el tiempo, y las bases, tendrán la última palabra.

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