La constante dinámica de la política veracruzana refleja una zigzagueante rueda de poder, donde los intereses familiares y las alianzas juegan un papel preponderante.
En razón a ello, Miguel Ángel Yunes Linares pretende con su larga experiencia draconiana, asegurar desde hoy, la continuidad del poder a través de la candidatura de su hijo, el senador, a la máxima autoridad en Veracruz.
La mención de la Reforma Judicial sugiere un posible trueque de favores políticos, en donde el voto beneficioso a dicha reforma sería recompensado con un gran impulso político-electoral.
La actitud de Adán Augusto López, incondicional de AMLO, subraya la influencia de figuras potentadas en la política nacional, lo que refuerza la idea de una manipulación del sistema político para asegurar posiciones de relevancia.
Esta situación pone en evidencia las críticas sobre la falta de transparencia y la consolidación del poder en pocas manos dentro de la política mexicana.
Si la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena (que vela por el respeto de los principios democráticos en la vida interna de la 4T) determina que es legal la afiliación de Yunes Márquez, el Clan del Estero tendría la bendición del supremo poder para moverse políticamente en la entidad veracruzana.
La gobernadora Rocío Nahle no se quedó callada. De inmediato solicitó a la Comisión de Honestidad y Justicia de su partido “no acreditar la membresía a Miguel Ángel Yunes Márquez, por no representar ni contar con los postulados del movimiento de regeneración”.
“En breve estaré haciendo llegar formalmente la solicitud por escrito a la presidenta Luisa María Alcalde con las pruebas correspondientes sobre la “carpeta azul” donde está involucrado (Yunes Márquez) en lavado de dinero y otros delitos, posteó la mandataria.
Llaman la atención los registros de las diputadas panistas Indira Rosales y Maryjose Gamboa (incondicionales de Yunes Linares) para contender por las alcaldías de Veracruz y Boca del Río, respectivamente.
Son acciones que dicen mucho porque su tutor no las dejaría sin dirección o propósito fijo, a merced de las circunstancias.
Veracruz pide a gritos no más incredulidad ni descrédito.
A tal grado llega la suspicacia ante las versiones oficiales, que se cree que si vienen de gobierno, hasta las mentiras son falsas.
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