La filtración de la renuncia presentada por el doctor José de Jesús Franco López como miembro de la Junta de Gobierno de la UV (JG) resultó un fuerte revés para el discurso engañoso de Martín Aguilar Sánchez, para las razones que ha esgrimido la propia Junta y para la fuerza moral que pretendía tener el otorgamiento de la prórroga que le ofreció cuatro años más de poder al grupo que continúa enquistado en la Rectoría de la UV.
El honorable académico e investigador era con mucho el más prestigiado de los integrantes de la actual JG. Su firma y su presencia en las actividades oficiales le daban a la prórroga un barniz de honorabilidad y le aportaban cierta credibilidad a los razonamientos esgrimidos por los defensores áulicos de la polémica extensión que se le concedió al señor Aguilar.
Es que el doctor Franco López es una verdadera eminencia en el ambiente científico del país. Vea usted nadamás lo que es y ha sido don José de Jesús:
“Director del Instituto de Astronomía de la UNAM, Presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Director General de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, Coordinador General del Foro Consultivo Científico y Tecnológico AC, Coordinador del Programa de Astrofísica Avanzada Guillermo Haro del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE) y Editor de la serie Cambridge Contemporary Astrophysics de la Universidad de Cambridge, Reino Unido” (https://astronomia.unam.mx/comunidad/jose-de-jesus-franco-lopez/).
La firma del doctor Franco en las resoluciones de la JG les otorgaba un peso específico mayor, pero su renuncia presentada el pasado viernes 5 de septiembre dio al traste con el prestigio que aportaba el reconocido físico mexicano.
No se conocen públicamente los motivos por los que el doctor José de Jesús Franco presentó su renuncia y la JG no ha dado a conocer el contenido de la carta (el texto, ni su misma existencia, con lo que trataron de tapar el sol con un dedo Martín Aguilar y sus 40 seguidores). Sin embargo, permanece en el ambiente la percepción de que el renunciante lo hizo en defensa de su prestigio personal, pues lo estaban embarcando en una aventura a todas luces ilegal y francamente desdeñada por la comunidad de la Universidad Veracruzana y por un grueso número de académicos e investigadores en todo el país.
La noticia de la defección de López Franco, dada a conocer apenas hace cuatro días, es un clavo más en el ataúd de la prórroga que los golpistas insisten en hacer pasar como legal.
Cada vez se hace más patente la barbaridad reglamentaria que cometió la JG al declarar válida la prórroga y al hacer la pantomima de que le daba posesión a Martín Aguilar por cuatro años más como Rector.
Faltan por dirimirse las denuncias legales y las solicitudes de amparo presentadas en contra de la acción que le ha permitido a Martín Aguilar seguir controlando el poder y el presupuesto de la UV.
Mientras tanto, los movimientos en contra de los martinistas crecen incontenibles en las aulas y las cátedras de la Universidad… y no se detienen.
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