En la etapa independiente de nuestra historia nacional se registraron fuertes encontronazos entre los gobiernos liberales y la Iglesia católica, el Movimiento Cristero de 1926-1929 fue uno de los más sangrientos, y a partir de esa confrontación la relación entre ambas partes se suavizó no sin que subsistan subrayadas diferencias relativas a la concepción que cada parte tiene del desarrollo social de este país. Con Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) el Partido Acción Nacional logró lo que el Movimiento Cristero no pudo: el reconocimiento jurídico de las iglesias, y luego entonces que el Vaticano estableciera relaciones con el Estado Mexicano (artículo 130). Con la reforma al 3° constitucional se eliminó la prohibición de enseñanza a entidades religiosas y reguló los derechos políticos de ministros religiosos. No fue obstáculo ni inhibió la libertad de la Iglesia como institución a manifestar su enfoque respecto a la situación del país.
El domingo pasado, la presidenta Sheinbaum de visita en Mérida se refirió a la reducción de la pobreza y que México “ya es un país menos desigual”. Ese discurso contrasta con el comunicado de la Arquidiócesis de Xalapa de este domingo, porque señala que la autoridad “y ciudadanía civil” no han manejado de la mejor manera los recursos del país. Refiere: “no es correcto desaparecer las instituciones para transparentar el uso y manejo de los recursos que son de cada veracruzano y mexicano”. Subrayó que “no se ha podido erradicar la desigualdad y la exclusión social, la pobreza, el desempleo, los bajos salarios, la discriminación, la migración forzada”. El comunicado eclesiástico asegura que persiste “la corrupción, la violencia, la inseguridad y los niveles inhumanos de vida de muchos ciudadanos”. Este documento revela un interesante enfoque acerca de cómo va el país y en particular la entidad veracruzana, particularmente en donde alude a la transparencia de la aplicación del recurso público relativo a lo que se haya hecho en beneficio social. Son dos visiones contrastantes: Iglesia-Estado, el meollo del asunto consiste en comprobar cuál versión retrata mejor nuestra realidad.
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