septiembre 12, 2025

En Esta Hora

Porque la noticia… no puede esperar

La habilidad de mentir

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Quienes “conducen” el gobierno federal han convertido, lamentablemente, a la política mexicana en un teatro de simulaciones.

Y un personaje que domina esta pantomima es precisamente el zacatecano Ricardo Monreal, el mero mero de la Coordinación Política de la Cámara de Diputados.

Fácil querer inducir la mentira como verdad.

Mintió, sí.

Y lo hizo con plena conciencia, como si estuviera convencido de que su poder lo exime de dar cuentas.

Decidió jugar –como ha sido su costumbre—a la doble cara ante su partido y ante su país.

Pero la verdad, como siempre, salió a flote: fue captado –Diario Reforma—“en el restaurante “Flor y Nata” del lujoso hotel Rosewood Magna en Madrid donde una habitación sencilla tiene un costo de 28 mil pesos por noche”.

No es la primera vez que Monreal miente. Lo grave es que lo hace sabiendo que la presidenta Claudia Sheinbaum tiene ojos y oídos en todas partes.

El pasado domingo, mientras se llevaba a cabo el Consejo Nacional de Morena, Monreal se excusaba en una carta dirigida a Luisa María Alcalde, presidenta del movimiento guinda.

Fundamentaba compromisos familiares previos y aclaraba, con insistencia sospechosa, que no se encontraba en Madrid por celebración de su amigo  Pedro Haces.

¿Vacaciones de alto lujo mientras su partido discutía el futuro del país?

Su cercanía con personajes como Pedro Haces, conocido por su oportunismo político y sus ambiciones desmedidas, solo hunde más la figura de Monreal en el pantano de la desconfianza.

Aquella aura de operador político astuto se ha ido desvaneciendo, y hoy no es más que una sombra errante, atrapada entre los errores del pasado y la falta de un futuro claro.

La mentira es costumbre en quien ha hecho del doble discurso su herramienta cotidiana.

Pero en tiempos donde la vigilancia política es más severa que nunca, incluso los embustes más pequeños tienen consecuencias.

Monreal ha dejado de ser una opción. Se ha convertido en el ejemplo de lo que Morena ya no puede permitirse cargar.

Ahora es un estorbo, al igual que Adán Augusto, que afectan aún más la imagen del Movimiento guinda.

La verdad, como un objeto ligero, eventualmente emerge a la superficie, mientras que las mentiras o secretos se hunden siempre.

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