Imperan todavía en México violencia, inseguridad y marginación que lacera a más de 30 millones de mexicanos

• Urge que las autoridades a hacerse prójimos de los más abandonados y excluidos del desarrollo integral:

Irineo Pérez Melo.- La violencia, la inseguridad y la marginación imperantes en muchas partes del territorio nacional y estatal, por lo que la Iglesia Católica convocó a las autoridades correspondientes a hacerse uno mismo prójimos de los más abandonados y excluidos del desarrollo integral.
En el comunicado dominical, emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, refiere que hasta el día de hoy existen más de 30 millones de mexicanos que necesitan ayuda de lo básico.
“Hacerse uno mismo prójimo es tomar partido por tantas personas que sufren hoy la violencia e inseguridad, que imperan en muchas partes del territorio nacional. Hacerse uno mismo prójimo de los demás, es compartir en dolor de tantas personas que tienen a sus seres queridos desaparecidos y no saben de ellos”, se añade.
Y de manera enfática se menciona: “No es necesario hacer un análisis muy profundo para descubrir que todavía existen en la sociedad mexicana y veracruzana actitudes de autodefensa, recelo y evasión del imperativo de hacerse uno mismo prójimo de los pobres y abandonados de la sociedad mexicana.
En el comunicado, signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos, se enfatiza que debido la descomposición del tejido social y de la violencia e inseguridad de nuestra patria es urgente que cada ciudadano mexicano se acerque a los demás, para ayudar a las personas más necesitadas.
“Hoy cada mexicano debe escuchar en su corazón la invitación de Jesucristo para hacerse prójimo y ayudar al caído en desgracia, al herido que no tiene trabajo, al que sufre violencia de todo tipo, al despojado de sus derechos personales, sin importar su nombre, su estado, su edad y su religión”, se añade.
La invitación de Jesucristo de hacerse uno mismo prójimo de los más abandonados y excluidos del desarrollo integral es una urgencia para creyentes y no creyentes, se involucren en ayudarles a los marginados y excluidos ya desde hoy, se indica por último.