Si Hernán Bermúdez Requena, ex secretario de Seguridad de Tabasco investigado por sus presuntos vínculos con el crimen organizado, obtuvo en abril de este año una suspensión provisional contra una orden de aprehensión luego de presentar un amparo indirecto ante el Juzgado Decimosegundo de Distrito en el estado de Baja California, con residencia en Tijuana, ¿por qué entonces el ex mando policiaco decidió fugarse del país si tenía la protección política de su ex jefe, el ex gobernador y ahora líder del Senado, Adán Augusto López?
Bermúdez Requena presentó hace tres meses la demanda de amparo 249/2025 contra actos del Juez de Distrito Especializado en el Sistema Penal Acusatorio, adscrito al Centro de Justicia Penal Federal en el estado de Baja California, y otras autoridades. Pero según la Secretaría de Seguridad Pública federal, el presunto líder del grupo criminal La Barredora salió del país el 26 de enero pasado, aunque la orden de aprehensión en su contra se libró hasta febrero. Sin embargo, el ex jefe policiaco deberá retornar al país antes de un mes, ya que el acuerdo más reciente publicado en el portal del Consejo de la Judicatura adelanta que el próximo 20 de agosto se llevará a cabo una audiencia constitucional con motivo del juicio.
No es casual que el cercano ex colaborador de Adán Augusto esté “acalambrado”. Según la revista Proceso, el 12 de junio de 2006, cuando se desempeñaba como subsecretario de Prevención y Readaptación Social de Tabasco, en la administración del gobernador priista Manuel Andrade –cuya campaña electoral coordinó López Hernández en 2001–, Bermúdez Requena fue detenido por agentes de la SEIDO de la PGR al ser involucrado en el crimen del ganadero veracruzano Ponciano Vázquez Lagunes, padre del actual alcalde priista de Cosoleacaque, Ponciano Vázquez Parissi, que fue secuestrado y ejecutado hace 19 años en el municipio de Huimanguillo.
Como se recordará, el 26 de mayo de 2006 “El Pony” Vázquez fue interceptado y levantado por un comando armado, de supuestos agentes de la AFI, en las inmediaciones de la plaza San Joaquín, en Villahermosa, cuando viajaba a bordo de una camioneta Cherokee con un veterinario que lo acompañaba a su rancho “La Estancia” para que revisara unos caballos. El vehículo fue encontrado horas después abandonado en la zona limítrofe de Tabasco y Chiapas. Según trascendió en ese entonces, los presuntos plagiarios habían contactado a la familia Vázquez exigiéndole 20 millones de pesos por la liberación del ganadero, cantidad que les habría conseguido un subsecretario del gobierno de Fidel Herrera Beltrán. Pero, días después, el 10 de junio, cinco personas ejecutadas fueron encontradas en el interior de una camioneta abandonada en un camino vecinal, a unos 200 metros de la orilla de la carretera Huimanguillo-Villa Chontalpa, cuyos cuerpos habían sido rociados a balazos de armas AK-47 y recibido el tiro de gracia. Entre las víctimas estaba Ponciano Vázquez. Se dedujo que el crimen se trató de un ajuste de cuentas entre los cárteles de la droga por la disputa del territorio.
Hernán estuvo arraigado durante 11 días y fue liberado al no encontrarse pruebas en su contra, según informó en aquél entonces el subprocurador de la PGR, Gilberto Higuera Bernal.
De acuerdo con la versión de Proceso, Bermúdez fue detenido cuando cenaba en un restaurante de Villahermosa con Cirilo Vázquez Lagunes, el hermano de Ponciano que era popularmente conocido como “el caudillo del sur” de Veracruz, el cual sería ejecutado también cuatro meses después, el domingo 19 de noviembre, luego de haber presenciado un partido de béisbol de su equipo “Los Tobis” en el campo “La Arrocera”, de Acayucan. En el atentado murieron tres policías municipales de San Juan Evangelista que lo escoltaban y su suegro Juan Armando Valencia, padre de la alcaldesa Deysi Valencia Candelario, pareja sentimental del cacique sureño.
El multihomicidio ocurrido en enero de 2005 en un rancho chiapaneco y las ejecuciones del alcalde perredista de Huimanguillo, Walter Herrera Ramírez, de Ponciano y su hermano Cirilo Vázquez, estuvieron marcados con el sello del narcotráfico que desde entonces opera en los límites de Chiapas, Tabasco y Veracruz, cuya ola de violencia que con la 4T se disparó.
SE HACEN ‘BOLAS’
EN LA MAÑANERA
Por cierto, durante la conferencia mañanera de este martes, al ser cuestionado sobre las acusaciones en contra del exsecretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, señalado por presuntos vínculos con la organización criminal “La Barredora”, el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch detalló que desde 2024 existían indicios sobre la posible relación de Bermúdez con dicho grupo delictivo, pero que fue hasta noviembre de ese mismo año cuando la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tabasco abrió formalmente una carpeta de investigación y que en febrero de 2025, a solicitud del actual gobernador de Tabasco, Javier May, se obtuvo una orden de aprehensión en contra del ex jefe policiaco.
Por su parte, de manera contradictoria, la presidenta Claudia Sheinbaum señaló que es necesario contar con pruebas para abrir una carpeta de investigación, y reiteró que, desde el 1 de octubre del año pasado, su gobierno ha brindado apoyo al estado de Tabasco en la investigación contra el ex funcionario.
Ambos pasaron por alto también que hace casi tres años, durante la conferencia matutina del 17 de octubre de 2022, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que respaldaba a su secretario de Gobernación y ex gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, en respuesta al caso de Hernán Bermúdez, secretario de Seguridad del estado y su presunta relación con el crimen organizado.
En la mañanera de ese día, la reportera de Proceso, Dalila Escobar le cuestionó al exmandatario respecto a los informes de inteligencia militar, elaborados por el Centro Regional de Fusión de Inteligencia (CERFI), que señalaban a Bermúdez Requena, en ese entonces todavía secretario de Seguridad de Tabasco, y también a José del Carmen Castillo Ramírez, ex comisionado de Seguridad Pública, de tener vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y otros grupos delictivos relacionados con el huachicoleo que operaban en Villahermosa.
“Adán es un hombre honesto, lo conozco bien; segundo, hay muchos ataques de la prensa conservadora en contra nuestra, y, tercero, que la gente nos tiene confianza”, respondió López Obrador, quien se limitó a decir que había “mañas del hampa del periodismo” y de la “calumnia”, por parte de diversos medios de comunicación.
El año pasado, en la conferencia matutina del 25 de abril de 2024, se le cuestionó directamente a Adán Augusto López, quien ya fungía como secretario de Gobernación, respecto a los señalamientos de miembros de su gabinete, a lo que respondió que sí conocía a los implicados, pero que no tenía reportes, ni denuncias al respecto.
“No tengo mayor reporte, ni denuncia (…) desconozco cual es esa información del Centro de Inteligencia, pero en todo caso si alguien tiene algún indicio de alguna irregularidad de su trabajo, está abierta la posibilidad de acudir a las instancias correspondientes”, declaró evasivo en esa ocasión, enfatizando que desconocía la existencia de la información señalada y exhortando a que presentaran la denuncia correspondiente.
La misma cantaleta que sigue tarareando hasta hoy.
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