Por algunos lapsos de la tarde – noche, suelo apagar mi teléfono celular, si no es indispensable mantenerme comunicado dejo el teléfono para hacer algunas cosas personales: leer, ver televisión, convivir con la familia o simplemente “desintoxicarme” un poco del uso diario.
Es curioso ccmo actúan algunas personas, no tienen tiempo para charlar pero para chatear tienen todo el día, no tienen tiempo para atender una llamada pero se pueden pasar una hora chateando con otra persona, ¿por qué se tiene tiempo para chatear y no para charlar? ¿Por qué se “acerca” uno con los lejanos y se “aleja” uno de los cercanos? ¿El humano controla al celular o el celular controla al humano?
Es una realidad que el celular resuelve varios temas de nuestra vida diaria y actividades laborales y profesionales, es una realidad que el acceso a la información es infinito y hay cierta “simplificación” con el uso responsable del teléfono celular, no podemos “culpar” al celular, lo ideal es que siempre el control de su uso sea con absoluta responsabilidad, sabemos el mal uso que a veces se le da al celular, sabemos de los delitos telefónicos que se llevan a cabo, ¿por qué culpar al celular?
Lo cierto es que cada vez más el celular revoluciona nuestra vida diaria, también es cierto los conflictos familiares que se presentan por su uso excesivo o al no ser cuidadosos con quien se chatea sin saber con seguridad quien esta del otro lado.
El dolor de cabeza no es culpa del uso del celular, el dolor es por el uso irresponsable del celular, es saludable emocionalmente acercar a los lejanos pero también es saludable cuidar a los cercanos, no se trata de tener más contactos, se trata de tener contactos de calidad, no se trata de creer todo aquello que se dice del otro lado de la línea, se trata de saber realmente “quien lo dice”, el riesgo de caer en las garras de un delito no es riesgo solo de los jóvenes, está comprobado que cualquier pérdida puede caer, en esta clase de delitos hay varios responsables pero el celular no es uno de ellos.
Es necesario en estos tiempos de simplificación en nuestras actividades el uso del celular pero también hay que “alimentar” la convivencia presencial y si no es posible por las distancias, no hay nada como escuchar la calidez de la voz de nuestras amistades y contactos, ¿por qué México se está quedando mudo?
¿Se vale que en una convivencia social entre 4 personas cada uno esté “metido” en su celular? ¿Se vale que en una convivencia entre 2 a cada momento se interrumpa la charla por el timbre de un celular? ¿Se vale que se “conviva” más con los que no están físicamente y no se conviva con los cercanos? Lo cierto es que el celular llegó para contribuir a mejorar la calidad de vida no llegó para complicar la vida, hay que dejar las cosas muy claras, el responsable de las barreras entre los cercanos y los puentes entre los lejanos es el que maneja el celular, tenemos seguramente algo que hacer al respecto, ¿hasta que la muerte nos separe o hasta que el celular lo haga?
Hemos sido testigos de ciertas actitudes de algunos jóvenes, para algunos el peor castigo que les puede aplicar sus padres es la prohibición de usar el celular en determinados días, antes el castigo era no dejar salir a convivir con los amigos o no ver la televisión y uno se sentía “morir”, hoy todo el castigo es quitar el celular y algunos jóvenes se sienten “morir” e incluso algunos se atreven a amenazar atentar contra su integridad física por ese castigo, ¿es el celular “responsable”? La realidad es que ante esas actitudes algo anda mal y necesitan atención de la salud mental de esos jóvenes.
Algunos presumen tener cientos o miles de contactos pero menos amigos o conocidos cercanos, algunos presumen el valor económico del celular que tienen en sus manos, algunos “presumen” que no pueden vivir sin el celular, lo cierto es que tenemos que estar consientes de lo bueno y malo de su uso excesivo, lo cierto es que la marca del celular no dirá la clase de persona que somos pero su uso responsable dirá mucho de nosotros, es curioso hay muchas cosas que se pueden hacer con el uso del celular pero hay uno que se puede hacer sin usarlo…convivir físicamente y charlar con los cercanos.
P.D.- Con el ánimo que solo la muerte nos separe de los vivos…Escribiré otro día.
Hasta que el celular nos separe
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