Está próximo el mes patrio, mes de salir a las plazas públicas y gritar el orgullo de ser mexicano, mes de recordar a los héroes que nos dieron “Patria y Libertad”, mes de adornar casas y edificios públicos con los símbolos patrios, el verde, blanco y rojo lucen más bellos en septiembre, sin embargo, previo a gritar el ¡Viva México! hagamos unas preguntas por simple curiosidad:
- ¿En serio tenemos Libertad?
- ¿Realmente se puede presumir que Vive México?
- ¿Realmente el cielo un soldado en cada hijo le dio a la Patria?
Es hora de que ser “orgullosamente mexicano” vaya más allá del tequila, la cerveza, el mariachi y de gritar: ¡Viva México ca…! Se necesita algo más, mucho más para hacer a este país más habitable, más respirable, más solidario sin que haya de por medio un sismo, un temblor o una inundación, ¿por qué solo la tragedia nos une? ¿Por qué es tan difícil lograr la unidad para hacer comunidad?
Es hora de que desde el poder se deje de fomentar la división entre la población, decir e insinuar que “Pueblo es aquel que apoya al gobierno” – sea del partido que sea y de los 3 niveles de gobierno – y los que piensan diferente son adversarios y solo quieren que le vaya mal a México, es un exceso y abuso del poder, ¿acaso ser un patriota es ser un incondicional del poder? ¿Acaso derramar miel a favor del poder a pesar de cierta hiel que se escurre es amar a México? ¿En un país de 130 millones de habitantes puede haber unanimidad política? ¿Quién tiene el poder para decidir cuantos millones son pueblo y cuantos no lo son?
Hoy existe un escenario complejo, difícil, complicado ante el gobierno de Estados Unidos, la mejor defensa que tenemos es la fuerza de nuestro nacionalismo, el amor a nuestra Patria aún con todos sus debilidades y carencias, amar a México no es sinónimo de estar contentos como está México, que nadie se confunda, no se trata de ofender, gritar consignas o desearle el mal al vecino país americano, tampoco se trata que los gritos de ¡Viva México! son a favor de un color partidista o una ideología política, serán gritos de jubiló y de alegría no sólo para celebrar el país que tenemos sino gritar también por el país que queremos.
México necesita que sus gobiernos – Federal, estatales y municipales – abonen a una unidad nacional ante los retos de política interior y de política exterior, esto es, tener muy claro cuales son los verdaderos fantasmas qué hay que exorcizar en el país y dejar a un lado las ofensas, provocaciones y el discurso de señalar como un enemigo de la Patria a quien piense diferente al discurso del poder político, nadie tiene la verdad absoluta y tan Patriota es quien hoy es oposición como quien ayer lo era y hoy disfruta las mieles del poder.
Es digno de analizar la facilidad con la que se acusa de “traición a la Patria”, debe volver la política profesional y de nivel a los pasillos del poder gubernamental, el discurso de confrontación desde lo más alto, poco a poco se derrama y contamina el aire que todos respiramos.
En unos días más llega septiembre, el llamado mes de la Patria, yo diría que mes de la reconciliación nacional, reconocer excesos en el ejercicio del poder, reconocer excesos en ser oposición y reconocer que como ciudadanos tenemos mucho por hacer…también es hacer Patria.
P.D.- Con el ánimo que se reconozca que la Patria no tiene un color partidista y el amor a la Patria es mucho que un ¡Viva México!… Escribiré otro día.
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