septiembre 10, 2025

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En 2030…La sangre llama

0 0 0 0 0 0 0 6/2/2025 3:44:30 PM 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 427 414

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Pese al elevado grado de aprobación de la señora Sheinbaum –según algunas encuestadoras contratadas por Morena alcanza hasta el 80%–, ésta no podrá, en 2030, designar a quien la releve.

La hipótesis tiene un origen: desde su finca en Palenque, Andrés Manuel López Obrador simula estar retirado de la vida pública.

Perjuró, con su mente malévola, renunciar a la política, no obstante, tras bambalinas, goza de inmenso poder al profanar maliciosamente la promesa.

Todo indica que el verdadero centro de mando sigue en sus manos, a pesar de que legalmente la presidencia se ejerce desde Palacio Nacional.

Su influencia no solo permea en las decisiones de la mandataria, sino que ya apunta hacia un proyecto sucesorio con nombre, apellido y mote: Andrés Manuel López Beltrán (“Andy”).

Personaje escondido en la bolsa izquierda del pantalón de su padre, de bajo perfil, sin carisma y aprendiz de la ciencia política, es la apuesta hoy en día de Morena rumbo al 2030.

No por sus méritos –que son nulos–, sino por el simple hecho de ser hijo del líder fundador de la 4T.

El partido guinda, disciplinado y sometido al añoso caudillo, acondiciona desde ahora el terreno para blindar su candidatura, obedeciendo más a la lealtad ciega al patriarca que a la lógica democrática.

En este escenario, la señora Sheinbaum queda reducida a un papel incómodo: el de quien debe tolerar la injerencia del antecesor y avalar, con su silencio o su inclinación, una sucesión marcada por la tropelía familiar.

La alocución de que “el pueblo manda” se diluye frente a la realidad de un proyecto que pretende perpetuarse a través de la sangre.

En 2030, el obradorato buscará demostrar si es un movimiento de nación o, como muchos temen, un sistema dinástico en construcción.

La pregunta de fondo es si México está dispuesto a tolerar que el poder presidencial se herede como propiedad privada.​​​​​​

Nada es eterno.

Millones de pensionados del Bienestar 2025 que cobran puntualmente, han perdido la fe por las mentiras y doble moral de los morenistas.

La burla incesante de que el pueblo manda es un discurso perverso y cruel, ya muy agotado que resulta incómodo y humillante.

Ya no más

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