En el PRI no terminan de entender los nuevos tiempos, y eso, inevitablemente, los llevará a volverse aún más pequeños tras el proceso electoral para la renovación de los 212 ayuntamientos. No entienden porque están entregando la Comisión Estatal para la Postulación de Candidaturas a una persona desconocida e inexperta como Lorena Piñón, quien actualmente se desempeña como diputada federal plurinominal. Nunca ha logrado ganar una elección en su municipio, San Rafael, donde, por tres periodos consecutivos, el PRD ha obtenido el triunfo. Lo más relevante es que esas elecciones han sido ganadas por una sola familia: padre, hijo, y nuevamente el padre.
¿Quién puede confiar en alguien que carece de trabajo de base y de conexión con la militancia, y que, además, desconoce cómo se organiza un proceso electoral? El cargo de diputada federal no garantiza simpatía ni compromiso.
Al recibir el nombramiento, Piñón declaró: “Me siento profundamente honrada por esta distinción y comprometo mi experiencia y capacidad para conducir este importante proceso”. Sin embargo, queda en el aire la pregunta: ¿Es en serio?
Otra “jugada maestra” de “Alito”, en complicidad con el “Fofo”, dos actores que parecen destinados a bajar el telón del priismo en Veracruz.
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