junio 17, 2025

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El Papa Francisco fue un ejemplo de vida como ser humano; Veracruz lo recordará siempre por el café que degustaba: Arzobispo de Xalapa

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Xalapa, Ver.- Durante la Eucaristía oficiada en la Catedral Metropolitana de Xalapa, en memoria del Papa Francisco, el arzobispo Jorge Carlos Patrón Wong recordó al Sumo Pontífice como un ejemplo de vida en todos los aspectos: como ser humano, sacerdote, obispo y líder de la Iglesia Católica. En su homilía, destacó cómo la figura del Papa trascendió más allá de su cargo eclesiástico, tocando profundamente a quienes lo conocieron.

En su discurso, Patrón Wong relató varias experiencias personales que compartió con Francisco durante los años en que convivió con él. Una de las más emotivas fue el recuerdo de las ocasiones en que el Papa recibía café veracruzano como obsequio. El arzobispo recordó cómo, al entregarle el café del Seminario Rafael Guízar y Valencia, Francisco lo observaba en silencio, y cómo esa simple acción le transmitía una conexión profunda con el pueblo veracruzano.

“Era como si en ese momento estuviera entrando en contacto con algo más grande, con algo sagrado”, expresó el arzobispo, refiriéndose a la espiritualidad que emanaba del Papa en esos gestos sencillos pero significativos.

El arzobispo también compartió una anécdota conmovedora, cuando le contó al Papa que su padre estaba muy enfermo. En respuesta, Francisco no solo ofreció sus oraciones, sino que tomó el tiempo para hablar directamente con su padre en sus últimos días, dejando una huella imborrable con su cercanía y humanidad.

A lo largo de su homilía, Patrón Wong destacó que la vida de Francisco fue un ejemplo constante de cómo vivir el evangelio. “Nunca imaginé que compartiría ocho años de mi vida diaria con un ser humano tan humilde y sencillo, y mucho menos con el Papa”, comentó, resaltando la autenticidad de Francisco al vivir su vocación y su devoción a la oración y meditación diaria.

El arzobispo también subrayó el amor profundo que Francisco tenía por la Virgen María, recordando su célebre llamada a rezar el sencillo pero significativo cántico latinoamericano: “Dulce madre, no te alejes”. Este fue un mensaje central en su vida: la cercanía con Dios y la protección maternal de la Virgen.

Patrón Wong recordó cómo, a pesar de su deteriorado estado de salud, el Papa no abandonó sus costumbres, como la visita a la cárcel cada Jueves Santo, donde solía lavar los pies de los prisioneros. Aunque este año no pudo realizar ese gesto, estuvo presente orando por ellos, mostrando una vez más su inquebrantable fe y dedicación a su misión.

“El Papa vivió su pasión de manera tangible en su propio cuerpo”, expresó el arzobispo, refiriéndose a los últimos días de Francisco, que coincidieron con la Semana Santa. Al final de la Pascua, Francisco dio su última bendición, y fue llamado a la casa del Padre en el lunes de resurrección, lo que dejó a la comunidad católica con sentimientos de tristeza, pero también con la certeza de que su vida, llena de amor y dedicación a los demás, perdurará en el corazón de todos.

“El Papa nos deja un legado de humildad, de fe profunda y de servicio. A pesar de su partida, su vida sigue siendo una luz que guía a todos los cristianos”, concluyó el arzobispo, pidiendo a los feligreses orar por su eterno descanso y dar gracias por el testimonio de vida que dejó el Papa Francisco.

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