La irrupción de Eduardo Verástegui como figura emergente en el ámbito político mexicano marca un cambio en el tablero opositor. Su reciente proyección internacional, reforzada por su presencia en la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y sus contactos con influyentes empresarios internacionales, plantea una pregunta crucial: ¿estamos ante el nacimiento de un nuevo contrapeso político en el país?
El proyecto Viva México, impulsado por Verástegui, parece avanzar con menos obstáculos de los que normalmente enfrentan los movimientos nacientes. Según revela el portal La Política Online hay una aparente instrucción desde el Gobierno Federal hacia el INE para facilitar el registro de su partido lo que podría interpretarse como una jugada estratégica. Al permitir que un movimiento conservador gane terreno, Morena podría debilitar al PAN, su principal competidor ideológico, si es que todavía queda algo del otrora partido conservador de México. Este movimiento podría fragmentar a la oposición, atrayendo a los sectores más conservadores del panismo hacia las filas de Verástegui.
Sin embargo, la influencia de Verástegui no solo radica en su mensaje político, sino en su capacidad de tejer alianzas clave. Su reciente conversación con Carlos Slim y otros empresarios de peso en Washington refuerza su perfil como un interlocutor válido ante los sectores económicos más influyentes, algo que el PAN ha intentado conservar como fortaleza, pero que parece tambalear con sus liderazgos actuales.
No obstante, el mayor reto de Verástegui será demostrar que su proyecto tiene sustancia más allá de las críticas a la clase política actual. Si bien su discurso conecta con un sector que busca alternativas ante el desencanto político, su reto será estructurar un mensaje de derecha populista que logre llegar a esa parte de la ciudadanía que se siente abandonada ante el exceso de ofertas de izquierda progresista en el mercado electoral.
El contexto internacional también juega a su favor. Su cercanía con Trump le da un perfil global poco habitual entre políticos emergentes mexicanos, aunque no es el único. Se sabe de su cercanía con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele; el de Argentina, Javier Milei; y la primer ministra italiana, Giorgia Meloni, entre otros.
En última instancia, el impacto de Viva México dependerá de cómo logre posicionarse en un panorama político complejo y polarizado. Si bien la fragmentación de la oposición podría favorecer a Morena en el corto plazo, la consolidación de un movimiento conservador bien estructurado podría ser el inicio de una oposición más sólida en el futuro cercano. Verástegui tiene el escenario y las conexiones; ahora, falta ver si concreta su visión y la estrategia para trascender como líder político.
Eso sí, de momento, no parece que vaya mal encaminado.
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