Por encima y coloquialmente se platica en análisis de cafetómanos la posición política, personal y ética del hidalguense Ricardo Ahued Bardahuil, actualmente empleado de 8 millones de veracruzanos, contratado como secretario de gobierno por la gobernadora de Veracruz, la zacatecana Rocío Nalhe García.
Analistas políticos y periodistas han publicado sus trabajos con afán de traducir a sus audiencias lo que ven o alcanzan a ver en el primer círculo político-burocrático de Veracruz.
El acontecimiento multireproducido del cateo de fuerzas policiales federales y estatales en el rancho Los Quintero, supuestamente propiedad de José Gil Quintero, buscando e indagando el paradero del empresario maderero desaparecido desde el 18 de julio, Neftalí González López, rancho donde se encontraba entre los ahí reunidos -por alguna razón no difundida – la presidenta petista-morenista del municipio de Colipa, Veracruz, Gabriela Ortega Molina, desbordó comentarios el discurso público de justificación emitido por el también empresario de productos plásticos Ricardo Ahued, “defendiendo” el dicho poco creíble de la señora de no haber estado en tal propiedad.
En entrevista concedida por Ahued, a José Antonio Flores Vargas, director del Portal de noticias “Palabras claras” publicada el 30 de mayo de 2019, días antes de que le dieran posesión como director general de Aduanas en el gobierno de López Obrador, entresaco frases que para mí, son parte de la base del pensamiento que guía la vida política y personal de Ahued.
Refiriéndose a su inminente llegada a Aduanas “..vamos a coordinar trabajos para que la gente rinda a su máximo, abatir y lo reitero, lo que sea derecho va a pasar, lo que sea chueco; por mí no va a pasar..”
Supongo que aplica su reiteración e impone ese criterio en todo lo que le circunda, por lo anterior es que cuando salió (yo digo, lo enviaron, lo expusieron) a justificar ante opinión pública la presencia o no presencia de la alcaldesa de Colipa, Gabriela Ortega, en el rancho de supuesto delincuente, abruptamente le ordenaron ir “al matadero” cuando la protagónica gobernadora Nahle no tuvo elementos creíbles para defender a la indefendible alcaldesa de sospechosa cercanía con tipos antisociales.
Ahued mencionó que la alcaldesa le visitó en Palacio de Gobierno ¿o la requirieron? desde hora temprana y le mostró justificantes médicos que supuestamente avalan la no presencia de Gabriela en el rancho cateado ya que dijo haber estado indispuesta esos días; aunque su actividad social, laboral y en redes continuó normalmente sin obstáculo, se intuye mintió.
Por ello nos preguntamos los incrédulos ¿Ahued es consciente del daño que le hicieron a su persona y a su carrera política? ¿cargará la culpa e ineficiencia de otras? ¿a cambio de qué aceptó ser parte de una mentira? ¿y la dignidad, honestidad e inteligencia que le ha proyectado, dónde quedan? ¿le ofrecieron ser gobernador sustituto en 2026? ¡Sépalo Vargas!
En el imaginario colectivo no se sabe que haya sido miembro de los partidos PRI ni Morena, sin embargo ha detentado poder como alcalde, diputado local y federal, senador, director de aduanas y secretario de gobierno, únicamente le falta ser gobernador.
Su personalidad le ha sido suficiente para escalar, por ello le han buscado el PRI, Morena y López Obrador, lo han necesitado; lo que no debiera permitir es que lo “utilicen” aunque sería peor que se deje utilizar.
Lo que no deja de ser cierto es que con partido, sin partido o con cualquier partido Ahued podría contender y posiblemente ganar la gubernatura de Veracruz en 2030, siempre y cuando no siga desgastándose inútilmente defendiendo dudosas reputaciones, enderezando entuertos y avalando aberraciones. “..lo que sea chueco; por mí no va a pasar..”
En 2019 no deseaba la gubernatura, expresó que algunos le querían dar “el beso del diablo” que era ofensivo y un exceso; que quien pensara eso “mejor fuera a ver al psicólogo”. A 11 años de ese pensar, en 2030 Ahued y su circunstancia, serán de otro nivel.
GUIJARRO: De adelanto .. si se opone a que quiten sus lonas del Tribuna, ¡mátenlo!.. qué pachó qué pachó mi valedora, ¿así nos llevamos de pesado?
(Lo plasmado en Verba Brava es responsabilidad de quien lo redacta. La Casa Editorial no influye ni participa del criterio expuesto)
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