- 108 los nominó Francisco; 21, Benedicto XVI; 4, Juan Pablo II
- 15, menores de 60 años; 45, entre 60 y 70; 73, entre 71 y 80
- Purpurados diplomáticos miran hacia cardenal Pietro Parolin
- Los estadounidenses, entre Timothy Dolan y Robert Prevost
- Los moderados van con M. Grech, J.C. Hollerich y C. López
- Son cinco conservadores: Sarah, Burke, Mueller, Eijk y Erdo
- Los cercanos a Francisco: Luis Antonio Tagle y Matteo Zuppi
- Los 55 electores italianos tienen a Zuppi, Parolin y Pizzabala
- El Pontífice, “no cesó de alzar su voz implorando la paz”: Re
- “La Iglesia, una casa con puertas que siempre están abiertas”
A pesar de haber sido elegidos en su mayoría por el papa Francisco, los 133 cardenales que formarán el cónclave que elegirá a su sucesor son un grupo heterogéneo que no se conoce y sin un idea común sobre el futuro de la Iglesia, lo que hará que se presenten en la Capilla Sixtina fuertemente divididos.
Estas son algunas de las claves del próximo cónclave:
¿Qué papa nombró a cada cardenal?
Ocho de cada diez cardenales que participan en el cónclave fueron nombrados por Francisco (108), frente a los 21 nombrados por Benedicto XVI y los 4 de Juan Pablo II.
Una de las diferencias con respecto al cónclave que hace doce años se reunió para elegir a Jorge Bergoglio es el número de cardenales electores, es decir, los que tienen menos de 80 años el día de la renuncia o de la muerte del papa, que es mucho mayor que en otras ocasiones.
Si en 2013 eran 115 los cardenales electores, en 2025 son 133. Como un candidato necesita dos tercios para ser elegido: es decir, frente a los 77 votos que necesitaba hace 12 años, en esta ocasión necesitará diez más, 87.
Por grupos de edad, solo 15 cardenales tiene menos de 60 años. El más joven es el ucraniano Mykola Bychok, obispo en la ciudad australiana de Melbourne, de 45 años. 45 tienen entre 60 y 70 años y la mayoría (73) tienen entre 71 y 80. El de más edad es el español Carlos Osoro Sierra, de 79 años y cardenal arzobispo emérito de Madrid.
El continente más representado en el cónclave es Europa, con 49 cardenales, seguido de América, con 37; Asia, con 24; África, con 19, y Oceanía, con 4.
Además de las diferencias por nacionalidades, están las marcadas por las diferentes corrientes a las que pertenecen los cardenales que tendrán que elegir al nuevo papa.
Los diplomáticos miran hacia el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. Son cardenales de la Curia que en estos años han podido conocer bien al ‘número dos’, o aquellos que han pasado por el cuerpo diplomático o exnuncios. Para ellos, Parolin sería el candidato ideal, porque se le considera capaz, moderado e incluso capaz de poner orden en situaciones complicadas.
Son 14 cardenales los que provienen de Estados Unidos, pero aunque podrían formar un grupo único están fuertemente divididos. Algunos se sitúan frente con Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, muy activo en redes sociales y que se ha mostrado en contra de la política migratoria de Donald Trump.
Otros apuestan por el moderado, reservado, cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, una de las grandes apuestas del papa Francisco, que lo designó responsable de los obispos de todo el mundo y de su comisión para Latinoamérica.
Un grupo podría apostar por la continuidad de la experiencia del Sínodo, apoyando así al cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, o a Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y relator general del último sínodo sobre la sinodalidad.
O Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat: español, con pasaporte sudamericano, cardenal en África y defensor del diálogo interreligioso con el Islam.
También los conservadores, aquellos que han criticado más o menos abiertamente el pontificado de Francisco, están divididos entre aquellos más ultras como el africano Robert Sarah o el estadounidense Leo Burke, que es muy difícil que sean elegidos, pero podrían ser los llamados ‘hacedores de reyes’ del grupo más ultraconservador.
Entre ellos está también al cardenal alemán Gehrard Ludwig Mueller, que empezó a calentar el cónclave afirmando que el próximo papa tendrá que volver a ver el tema de las bendición de las parejas homosexuales, su relación con el Islam y otras cuestiones doctrinales.
Los conservadores señalarían al cardenal Wilhelm Eijk, arzobispo de Utrecht, que pidió al papa Francisco un documento sobre género, o a Peter Erdo, arzobispo de Esztergom-Budapest. Este último es un candidato que también gusta al ‘frente moderado’, que agrupa a todos los cardenales que no se encuentran ni en un lado ni en el otro.
Entre los más cercanos a Francisco está Luis Antonio Tagle, al que conocen como el “Francisco filipino” entre los favoritos para convertirse en el nuevo papa. Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y con posiciones muy parecidas a las de Jorge Bergolio respecto a los homosexuales.
El cardenal Matteo Zuppi, el presidente de la Conferencia Episcopal italiana que fue el enviado del papa para mediar en la guerra en Ucrania, cuenta con experiencia en la resolución de conflictos como Mozambique, Burundi o Guatemala y con gran atención a los desfavorecidos, en línea con el pontificado de Francisco.
Será muy difícil poner de acuerdo a los 55 electores italianos que participarán en el cónclave, cada uno de una corriente diferente. Pero lo que se respira en los medios italianos en estos días es una verdadera campaña para que el próximo papa sea italiano después de tres pontífices extranjeros. Sus apuestas son Zuppi, Parolin y Pizzabala, el patriarca de Jerusalén con una visión internacional, pero nacido en la norteña Bergamo (Con información de EFE)
Comentarios a vuela pluma
El papa Francisco fue recordado este sábado en la homilía de su funeral celebrado en la plaza de San Pedro por “no cesar de alzar su voz implorando la paz” y por dedicarse a “los últimos de la Tierra” como los pobres y los migrantes. “Frente al estallido de tantas guerras en estos años, con horrores inhumanos e innumerables muertos y destrucciones, el papa francisco no ha cesado de alzar su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar posibles soluciones”, dijo Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio. El cardenal, encargado de oficiar las exequias ante 200 mil personas y más de 140 delegaciones internacionales, citó otra de las frases que Francisco solía pronunciar: “Porque la guerra es solo muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas. La guerra siempre deja al mundo peor que antes, para todos es siempre una derrota dolorosa y trágica”. En su homilía también destaco que fue un pontífice “entre la gente”, “con el corazón abierto a todos” y que se dedicó “a los últimos de la Tierra y marginados”. “Estableció contacto directo con la gente, deseosa de estar ahí para todos, con una marcada atención a quienes tenían dificultades, dedicándose a pensar en todo, hasta en los últimos habitantes de la Tierra y en los marginados. Fue un papa entre el pueblo, con un corazón abierto a todos”, añadió Re. El cardenal recordó también una de las más famosas frases de su pontificado: “Construir puentes y no muros”, una frase pronunciada en presencia del presidente de EUA, Donald Trump, y otros numerosos líderes mundiales. En el comienzo de su homilía Re destacó que “su última imagen, que quedará en nuestros ojos y en nuestros corazones”, es la del pasado Domingo de Resurrección cuando “a pesar de graves problemas de salud, quiso impartirnos su bendición desde el balcón de la basílica de San Pedro y después bajó a esta plaza para saludar desde el papamóvil”. “A pesar de su fragilidad y sufrimiento final, el papa Francisco eligió seguir este camino de donación hasta el último día de su vida terrena”, subrayó.
El cardenal destacó también “su vocabulario característico y su lenguaje rico en imágenes y metáforas” y su “gran espontaneidad y un modo informal de dirigirse a todos, incluso a las personas alejadas de la Iglesia” “Su carisma de acogida y de escucha, unido a un modo de actuar propio de la sensibilidad actual, ha tocado los corazones , buscando despertar energías morales y espirituales”, añadió. Subrayó también su idea de que “la Iglesia es un hogar para todos; una casa con puertas que siempre están abiertas”, así como su atención a favor de los refugiados, desplazados y pobres.
Y al respecto, citó que fue significativo que su primer viaje fuera a Lampedusa, “isla que es símbolo de la tragedia de la emigración con miles de personas ahogándose en el mar” o que viajase también a la isla griega Lesbos y la celebración de una misa en la frontera entre México y Estados Unidos, con motivo de su viaje a México. Re también rememoró “sus 47 arduos viajes apostólicos”, destacando en particular el que hizo a Irak en 2021, que “fue un bálsamo para las heridas abiertas de la población iraquí, que tanto había sufrido la obra inhumana del Estado Islámico” hasta uno de los últimos 2024 a cuatro naciones de Asia-Oceanía, donde llegó “a la periferia más periférica del mundo”. Y concluyó recordando que Francisco solía terminar sus discursos y encuentros diciendo: “No se olviden de rezar por mí”. “Querido papa Francisco, ahora te pedimos que reces por nosotros y que desde el cielo bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma, bendigas al mundo entero, como lo hiciste el domingo pasado desde el balcón de esta basílica en un abrazo final con todo el Pueblo de Díos, pero idealmente también con la humanidad que busca la verdad con corazón sincero y tiene en alto la antorcha de la esperanza“, acotó.
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En portada: Francisco
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