Washington, D.C. — El presidente Donald Trump enfrenta una creciente presión dentro de su propio movimiento tras minimizar la importancia del caso Jeffrey Epstein, lo que ha generado una fractura inédita en el núcleo duro del llamado “trumpismo”. Las críticas más intensas provienen de sectores conservadores que acusan a su administración de falta de transparencia y de incumplir promesas clave sobre la difusión de los archivos vinculados al magnate acusado de tráfico sexual de menores.
Durante el fin de semana, Trump intentó cerrar filas desde su plataforma Truth Social, respaldando a la fiscal general Pam Bondi y pidiendo a sus seguidores dejar atrás el tema Epstein, al que calificó como “irrelevante”. Lejos de apaciguar las aguas, el mensaje desató una ola de indignación entre voces influyentes del movimiento MAGA y seguidores que han hecho del caso un símbolo de lucha contra la supuesta corrupción de las élites.
La situación se volvió más tensa tras una serie de intervenciones públicas. En la cumbre conservadora Student Action Summit, figuras como Megyn Kelly y Brandon Tatum criticaron duramente la postura presidencial. La periodista cuestionó abiertamente si el público confiaba en la investigación sobre Epstein, obteniendo como respuesta abucheos generalizados. Incluso aliados cercanos a Trump, como la influencer Laura Loomer, exigieron la renuncia de Bondi.
En redes sociales, el malestar fue evidente. El mensaje original de Trump fue “ratioed” —término que denota desaprobación masiva en redes— al recibir decenas de miles de respuestas negativas, muy por encima de los apoyos.
El origen de esta fractura se remonta a promesas no cumplidas. Durante meses, altos funcionarios como Kash Patel y Dan Bongino alimentaron la expectativa de que existía una lista confidencial de “clientes” de Epstein. Bondi incluso afirmó en febrero que el listado estaba en su escritorio, mientras que la Casa Blanca distribuyó carpetas etiquetadas como “Archivos Epstein”, que terminaron siendo documentos públicos sin relevancia.
La frustración aumentó cuando el Departamento de Justicia y el FBI negaron oficialmente la existencia de dicha lista. Aunque se difundieron grabaciones de la prisión donde Epstein murió en 2019, la ausencia de un fragmento específico ha reavivado las sospechas de encubrimiento.
Este desencanto se ha convertido en una amenaza directa para el liderazgo de Trump. Figuras como Mike Flynn y Alex Jones han exigido la publicación completa de los archivos, mientras el Congreso, con legisladores como Marjorie Taylor Greene, exige una rendición de cuentas más contundente.
Además, la controversia ha dejado ver tensiones internas dentro del gabinete. Reportes de Washington apuntan a un distanciamiento entre Bondi y Bongino, así como contradicciones públicas entre los propios funcionarios que antes impulsaban las teorías sobre Epstein.
Trump se lanza contra sus seguidores por el tema de Epstein y califica la trama como “una mierda”.
Por si la polémica fuera poca, hoy por la mañana el mandatario lanzó un post incendiario en su red social Truth, calificando el tema Esptein como una “estafa” e incluso arremetió contra sus propios seguidores: “¡Ya no quiero su apoyo!” “Su nueva ESTAFA es lo que siempre llamaremos el Engaño de Jeffrey Epstein, y mis ANTIGUOS seguidores han caído en esta ‘mierda’ de cabo a rabo.” “No han aprendido la lección y probablemente nunca lo harán, incluso después de ser engañados por la izquierda lunática durante 8 largos años.” “He tenido más éxito en 6 meses que quizás cualquier presidente en la historia de nuestro país, y todo lo que estas personas quieren hablar, con el fuerte impulso de las noticias falsas y los demócratas hambrientos de éxito, es el Engaño de Jeffrey Epstein.” “Que estos débiles sigan adelante y hagan el trabajo de los demócratas, ni siquiera piensen en hablar de nuestro increíble y sin precedentes éxito, porque ya no quiero su apoyo. ¡Gracias por su atención a este asunto. HAGAMOS A AMÉRICA GRANDE OTRA VEZ!”
Analistas advierten que este conflicto interno llega en un momento crítico para Trump, cuando busca consolidar su base de cara a las elecciones intermedias de 2026. “La narrativa del estado profundo es una espada de doble filo”, comentó el politólogo Matt Dallek. “Sirvió para consolidar el poder, pero ahora puede volverse en su contra si no cumple con las expectativas generadas”.
Por ahora, el caso Epstein continúa como una herida abierta dentro del movimiento conservador. Lejos de ser enterrado, amenaza con convertirse en el punto de inflexión que defina la relación de Trump con sus seguidores más leales.
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