En Xalapa las obras públicas se han reducido considerablemente. El magro presupuesto municipal no da para mucho. También se nota que no existe planeación y que a los alcaldes de extracción morenista nos les interesa el mediano ni largo plazo. Dicho por amigos constructores, la planeación no es una característica de la 4T.

Los gobiernos populistas son impacientes pues no están dispuestos a esperar estudios y proyectos y quieren “resultados” inmediatos para inaugurar obras, aunque no sean útiles (recordemos la ciclovía en la avenida Ruiz Cortines o el AIFA en lo nacional). Para este tipo de autoridades los expertos obstaculizan su activismo.
Aquí en Xalapa, en casi 8 años, sólo se han construido dos pasos superiores en la carretera 140 (Av. Lázaro Cárdenas), pavimentado unas cuantas calles y estrechado otras para ampliar banquetas, pero no se ha atendido el problema de la movilidad de manera efectiva y sostenida.

Por ejemplo, de poco sirve tener banquetas anchas si no se reparan las que tiene hoyos, registros abiertos, “tropezones” o enormes arboles rompiéndolas con sus raíces. Es increíble que no vean el “elefante en la sala” y no se dé preferencia al mantenimiento de la infraestructura y se gasten enormes cifras de recursos en obras innecesarias y/o de relumbrón.

El señalamiento es otro pendiente. El paso 1×1 es una novedad útil para los vehículos, pero no para los peatones pues al no existir los pasos peatonales y el respectivo señalamiento horizontal las personas tienen que cruzar entre coches y camiones que se detienen en boca calles. Pintar las marcas en el pavimento le daría a la ciudad de Xalapa orden y mayor movilidad, pero eso no se puede inaugurar y las autoridades tal vez piensen que no da brillo a su administración.

No se puede entender el gasto desproporcionado en la construcción de “cuellos de botella” sin atender los daños a la infraestructura (por ejemplo, el nuevo en la calle de Arteaga donde dan vuelta los enormes camiones urbanos). Es paradójico que se desvíen recursos para obras costosas de dudosa utilidad y no se atiendan los baches o los desperfectos de las banquetas que pueden ocasionar un accidente.

Los pocos técnicos que despachan en los ayuntamientos populistas se ven relegados por las ocurrencias de alcaldes y “jefes” políticos que desprecian la técnica y privilegian las ocurrencias, modas o negocios personales en el peor de los casos. El ejemplo obradorista ha carcomido a las instituciones y borrado poco a poco el servicio público de carrera.
X @basiliodelavega 29 de septiembre de 2025
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