noviembre 27, 2025

En Esta Hora

Porque la noticia… no puede esperar

Acuerdo nacional por la paz y gobernabilidad de México

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Ningún discurso puede borrar y eliminar por arte de magia la realidad social del país, ninguna cifra optimista puede ocultar la tristeza que recorre gran parte del territorio nacional, ninguna conferencia podrá calmar la indignación social que nace en Uruapan, Michoacán y se traslada a gran velocidad por las maltratadas carreteras de México, ningún gobierno en cualquier de sus 3 niveles puede cerrar los ojos y taparse los oídos, ¿cuál es el afán de llegar al poder sino es para dar seguridad física y material al pueblo?

México huele a dolor y a malestar social,  alguien en un momento determinado pidió que no se soltara el “tigre” por que seria preámbulo de un caos social en el país, ¿quién soltará al “tigre” sin medir las consecuencias? ¿En serio se confía mucho en la “parálisis” social que se logra con los programas sociales? ¿En serio creen que eso es suficiente?

¿A quién culpar de tanta violencia en México? ¿A los neoliberales? ¿A la oposición partidista? ¿A la mafia del poder tantas veces señalada por la “izquierda” que hoy gobierna al país sin contrapeso institucional alguno? ? ¿A los fifís? ¿A los conservadores? Si la izquierda es la que gobierna el país ¿Acaso es la “derecha” o el “centro” responsable? ¿Acaso es responsable el pueblo bueno y sabio? ¿En serio somos más los buenos qué los malos? ¿La “revolución de las conciencias” es la salvación de México?

Hoy el “Humanismo Mexicano” lleva 7 años en el poder, hoy la palabra Transformación se repite en todo escenario color guinda, hoy el partido en el poder cuenta con todo el poder y es hora que asuma responsabilidades sin mirar para otro lado, sin imaginarse o crearse “enemigos” internos y externos, ¿qué de raro tiene que la oposición al gobierno cuestiones y exhiba sus deficiencias? ¿Acaso no lo hizo ayer esa izquierda que hoy es poder?

Está claro que México es un país de contrastes y de desastres, mientras se presume un gran evento como la Fórmula Uno y los preparativos del próximo mundial de futbol, explota una pipa con gas en pleno centro de la Ciudad de México causando más de 30 muertos, ante unas lluvias atípicas – que causaron dolor y muerte – en la zona norte de Veracruz – y otros Estados más – se presenta una indignación social por el actuar del gobierno del Estado y las autoridades municipales, ocurre una rara explosión en un centro comercial en Hermosillo, Sonora qué provoca 23 muertos y es asesinado un alcalde que ya era noticia a nivel nacional por sus duros cuestionamientos al gobierno federal ante la ola de violencia en Michoacán  y de manera especial en Uruapan, ¿En serio no hay responsables? ¿Acaso el culpable es Trump? No importa el Estado, sea Michoacán, la Ciudad de México,  Sonora, Veracruz, no importa quien sea gobierno, no importa si es mujer o es hombre el Titular del Poder Ejecutivo, lo que realmente importa al pueblo es quien asume con responsabilidad institucional cuidar los intereses supremos de la Nación. ¿Quién alza la mano?

Ante hechos de violencia que lastiman e indignan a la sociedad en general, la respuesta del gobierno debe ser pronta y contundente, no se debe permitir ni le conviene a ningún gobierno que la percepción social señale al crimen organizado superior a las fuerzas del Estado, nada ni nadie está ni debe estar por encima de un Estado de Derecho que es la esencia principal de todo país, vulnerar ese principio supremo es el primer paso para el caos social y la ingobernabilidad de toda nación, ¿a quien le conviene debilitar la fuerza del Estado? ¿Cómo llamar a quienes le apuestan por el quiebre institucional? ¿Traidores a la patria o patriotas realistas?

No se trata de maximizar la muerte del presidente municipal Carlos Manzo Rodríguez,  – todo crimen contra una autoridad municipal es lamentable – se trata de reconocer a todas aquellas y aquellos alcaldes que asumen su compromiso de “cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen” sin embargo,  lo cierto es que al enfrentar al crimen organizado están en total desventaja, sin armamento adecuado y personal capacitado necesitan el respaldo absoluto del gobierno federal, la pregunta es ¿está el gobierno federal preparado y tiene – más allá de la estrategia de seguridad – el equipo humano e institucional para garantizar la paz y la gobernabilidad en el país?

¿Acaso la seguridad pública no es tarea de todos? ¿Acaso no es la hora de convocar a un gran ACUERDO NACIONAL POR LA PAZ Y LA GOBERNABILIDAD DE MÉXICO? ¿Será tanta la soberbia del gobierno federal para creer que puede solo y tanta la mezquinad de la oposición para regatear la suma de voluntades? ¿Si -presuntamente – fracasó  la guerra de Calderón y la política de “abrazos no balazos” de López Obrador qué queda?

No se trata de que Trump se atreva a profanar con su planta nuestro suelo, no se trata de presumir que existe un soldado en cada hijo de la Patria, no se trata de tomar armas e irnos a la “bola” como en la época de la revolución,  se trata única y exclusivamente de que el Estado mexicano haga uso de toda su fuerza legítima y cumpla con sus tareas constitucionales, se trata de que los mexicanos bien nacidos le apostemos a que resulten eficaces todos los pasos que dé el Gobierno de la República en imponer el Estado de Derecho en todas las regiones del país y para alcanzar esta meta, es necesario la suma de todas y todos aquellos que tienen un espacio de poder político, más allá del color de su chaleco o camiseta, más allá de sus ideologías y si son de izquierda, derecha o centro, ¿a quien le importa el color de sus ojos?

La realidad es que nadie está a salvo de ser víctima de la violencia o tragedias que recorren las calles del país, sea una tragedia por fenómenos naturales, una tragedia por una falla mecánica o una falla eléctrica, sea por hechos responsabilidad de los grupos de la delincuencia organizada, México debe pacificarse, la violencia no debe ser nuestra carta de presentación, esa es la cara sucia de una parte de la sociedad pero hay otras caras que presumir, que cada quien asuma su responsabilidad y que cada quien contribuya desde su propio espacio a que exista un aire más respirable en el país, ¿acaso no somos más los buenos que los malos?

P.D.- Con el ánimo que la Unidad nacional deje de ser como una llamado a misa…Escribiré otro día.

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