julio 1, 2025

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A las risas: la modernización de Veracruz une a la gobernadora Rocío Nahle y a la alcaldesa Paty Lobeira

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En tiempos donde la polarización política parece dominar la agenda pública, es de llamar la atención la buena relación que, poco a poco, se está construyendo entre la alcaldesa de Veracruz, Paty Lobeira; y la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle. A pesar de las evidentes diferencias ideológicas y partidistas que las separan –la primera emanada del PAN y la segunda de Morena–, ambas han optado por priorizar el diálogo y el trabajo coordinado, evidenciando una madurez política que beneficia directamente a la ciudadanía.

El reciente anuncio de la alcaldesa sobre los autobuses “Ulúa”, un proyecto presentado por la gobernadora para modernizar el transporte público en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, engrandece esta colaboración entre ambos órdenes de gobierno. Y es que las fotos no mienten. Las instantáneas reflejan un trato distendido y hasta de risas entre ambas lideresas, por lo que es evidente que hay buena química. Lobeira, por su parte, no solo mostró respaldo al proyecto, sino que además expresó su disposición para trabajar con el gobierno estatal, los municipios vecinos y los concesionarios, demostrando que, cuando se trata de atender necesidades prioritarias, los colores partidistas pueden quedar al margen.

Es también notable cómo esta relación destaca por su institucionalidad. Aunque Lobeira todavía forma parte -al menos oficialmente- de la familia política de los Yunes, mismos que no han tenido las mejores relaciones con el gobierno de Nahle, esto no ha sido un obstáculo para que la gobernadora mantenga un trato civilizado y respetuoso con la alcaldesa. Este enorme gesto de madurez política por parte de la mandataria estatal no solo excluye a la alcaldesa de cualquier tipo de desprecio, sino que también envía un mensaje poderoso: la civilidad y el trabajo conjunto pueden imponerse incluso a pesar de las diferencias políticas. Ah, y que Lobeira sí está bien vista desde Palacio de Gobierno, a diferencia de su esposo, Miguel Ángel Yunes Márquez.

En un estado donde las rencillas políticas suelen ser la norma, este ejemplo de colaboración es digno de reconocimiento. Los ciudadanos jarochos merecen soluciones y liderazgo, no pleitos. Quizás lo que vemos aquí sea un destello de lo que pasaría si Lobeira terminara portando los colores guinda. ¿A ella sí la recibirían con gusto en Morena? Sólo el tiempo lo dirá.

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