El próximo 10 de enero, Venezuela enfrenta una jornada marcada por la incertidumbre y el choque de legitimidades. Mientras Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia se proclaman ganadores de las elecciones presidenciales del 28 de julio, el país se encuentra sumido en una crisis política de proporciones históricas. Ambos líderes aseguran que prestarán juramento como presidentes en una confrontación que polariza aún más a la sociedad venezolana y eleva las tensiones internacionales.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó ganador a Maduro sin presentar resultados desglosados, una decisión avalada por la Sala Electoral a petición del mandatario. Por su parte, la oposición asegura haber demostrado la victoria de Edmundo González, aunque no ha ofrecido detalles concluyentes. González, actualmente asilado en España, insiste en que tomará posesión como presidente legítimo, mientras el oficialismo amenaza con su detención si regresa al país.
El Ministerio Público venezolano acusa a González de usurpación de funciones y conspiración, respaldado por una orden de captura internacional. El CICPC incluso ha ofrecido una recompensa de 100.000 dólares por información que conduzca a su arresto.
Represión y persecución política
La crisis no solo se desarrolla en el plano institucional, sino también en las calles y redes sociales. La oposición denuncia una feroz persecución política, con detenciones masivas de presuntos “desestabilizadores” y amenazas explícitas contra figuras opositoras como María Corina Machado, quien ha convocado manifestaciones dentro y fuera de Venezuela para el 9 de enero.
Mientras tanto, el gobierno de Maduro ha intensificado sus acusaciones hacia actores internacionales, señalando sin pruebas al gobierno argentino de estar involucrado en planes desestabilizadores. Las declaraciones provocaron una respuesta categórica de la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, quien rechazó las acusaciones como “un atropello”.
Penúltima parada de González Urrutia: Panamá
El líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia dijo este miércoles ante miles de sus compatriotas en Panamá que pondrá “fin a esa pesadilla de los venezolanos en el exterior”, en relación a la diáspora venezolana por la crisis sociopolítica y económica de ese país, y alentó a “reconstruir” Venezuela tras “retornar con alegría” a ella.
“Vamos a poner fin a esta pesadilla y vamos a retornar todos con alegría a la patria. Y lo más importante: contamos con la experiencia de todos ustedes para recuperar y reconstruir nuestra Venezuela”, dijo González Urrutia.
Al grito de “Edmundo presidente”, el líder opositor venezolano tuvo un cercano encuentro con la comunidad venezolana en Panamá en un centro de convenciones de la capital panameña.
González Urrutia, exiliado en España desde septiembre pasado, llegó a Panamá en el marco de una gira internacional en la que ha visitado países como Argentina, Uruguay y Estados Unidos, en los que ha recibido apoyo incondicional. Su último destino antes de regresar a Venezuela será República Dominicana.
El líder opositor reivindicó este miércoles en un acto con expresidentes y cancilleres latinoamericanos su triunfo en los comicios presidenciales, y que hay actas que así lo comprueban.
En el evento con la comunidad venezolana estuvieron presentes algunos exmandatarios miembros de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), que apoyan al Gonzalez Urrutia y que le recordaron a las “fuerzas armadas” de Venezuela que “están obligadas a acatar todos los poderes del Estado”.
Vítores y gritos de “libertad”
“Este respaldo nos alienta a continuar en esta lucha para la cual solo faltan dos días”, expresó Gónzalez Urrutia, quien entre vítores y aplausos agradeció ese apoyo en Panamá que “sobrepasa cualquier expectativa que nos hubiéramos hecho”.
El líder opositor pudo verse con miles de los más de 60.200 venezolanos residentes en Panamá, según datos del censo nacional de 2023. Dentro de teatro del centro de convenciones- que tiene una capacidad para unas 2.000 personas aproximadamente-, los venezolanos entonaron varias veces el himno nacional además de gritar “Maduro se va”.
Hubo, además, un mensaje de ánimo a la comunidad venezolana en Panamá de la también líder opositora María Corina Machado.
También ondeaban banderas de Venezuela y algunos carteles con el mensaje “Se busca por ganar elección. Recompensa: 7.300.000 votos” adjuntando una foto de González Urrutia, en alusión a la recompensa de 100.000 dólares que ofrece la Policía venezolana por el político venezolano, sobre el que pese además una orden de captura.
En los alrededores del centro de convenciones quedaron en la calle aquellos que no pudieron acceder, ataviados de mercadotecnia de los colores de la bandera venezolana.
Las actas en Panamá
La coalición representada por González Urrutia, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), publicó tras los comicios del 28 de julio en Venezuela en una página web lo que asegura son el 85,18 % de las actas de votación, que dice haber conseguido gracias a testigos y miembros de mesa el día de las elecciones, y que “demuestran” el triunfo del opositor con un 67 % de los sufragios frente al 30 % de Maduro.
Desde este miércoles, Panamá “custodia todas” las actas de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio en Venezuela que darían el triunfo al líder opositor venezolano González Urrutia.
González Urrutia se reunió con el presidente panameño, José Raúl Mulino, quien le extendió el “apoyo moral y político” de su Gobierno, y recibió una condecoración de la Alcaldía de Panamá de manos del alcalde, Mayer Mizrachi.
Mulino deseó a González Urrutia “mucha suerte en su retorno a Caracas”, a donde el político pretende regresar para asumir el Gobierno.
Panamá fue uno de los países de la región que reconoció a Edmundo González Urrutia como el ganador de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
Tras las elecciones, Panamá y Venezuela cerraron sus representaciones diplomáticas respectivas y el Gobierno de Maduro mantiene suspendidos los vuelos comerciales con Panamá.
La jornada del 10 de enero marcará un punto de inflexión en la historia política de Venezuela. La posibilidad de enfrentamientos entre seguidores de ambos bandos, unida a la crisis económica y la creciente presión internacional, coloca al país al borde del abismo.
Con elecciones regionales previstas para 2025, el panorama electoral también está en juego, afectado por un Consejo Nacional Electoral cuya credibilidad está bajo constante escrutinio. Mientras tanto, el pueblo venezolano sigue siendo el principal afectado en una crisis que parece no tener fin.
Con información de CNN, EFE y X.
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