septiembre 11, 2025

En Esta Hora

Porque la noticia… no puede esperar

Gobierno británico ocultó por décadas abusos en contra de menores de edad en Oldham y Roterham; los hechos fueron perpetrados por bandas de origen musulmán

Foto: Getty Images

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La sombra del horror se ha alargado a través de todo el Reino Unido. Y es que el escándalo dado a conocer por el diario The Telegraph, que relata la existencia de una red de hombres de origen musulmán que secuestraba y violaba niños, ha destapado la corrupción de las autoridades que no sólo han fallado en su labor de protección a la ciudadanía sino que encubrían a los delincuentes. En ese sentido, la decisión de la ministra de Salvaguarda, Jess Phillips, de bloquear una investigación pública sobre dichas bandas de pedófilos y proxenetas de Oldham, Inglaterra, ha sido muy criticada y catalogada como inexplicable por muchos observadores internacionales.

Como contexto, hay que remontarse al año 2022, momento en el que se publicó una revisión de los presuntos abusos ocurridos en la ciudad de Oldham, con un documento que sólo abarcaba los hechos ocurridos durante el periodo 2011-2014; sin embargo, los supervivientes insistieron en la necesidad de una investigación gubernamental que cubriera un período más extenso para captar la magnitud del problema. En una carta pública, Phillips reconoció la frustración que había en la ciudad pero la minimizó proponiendo que se realizara otra revisión local – sin intervención foránea-, una decisión que ha desatado críticas de figuras prominentes como Elon Musk y Kemi Badenoch, quienes abogan por una investigación exhaustiva.

Este escándalo, que también afecta a otras numerosas ciudades británicas como Rotherham, Telford y Rochdale, revela un patrón de abuso infantil sistemático y un vergonzante encubrimiento por parte de las autoridades. Los detalles son absolutamente escalofriantes: niños sujetos a violaciones en grupo, canibalismo, amenazas de muerte y hasta asesinatos, como el caso de Lucy Lowe en Telford, quien fue privada de su vida junto a su familia por su abusador. Más adelante, los detalles.

El multiculturalismo como excusa y el horror en Rotherham

Este caso es un lamentable reflejo de los tiempos en los que vivimos: Las autoridades, temerosas de ser objeto de acusaciones de racismo y de provocar disturbios raciales, optaron por minimizar o ignorar estos crímenes cometidos mayoritariamente por hombres de ascendencia paquistaní contra niños blancos.

Y es que la represión gubernamental a todos aquellos quienes protesten por el peligro que supone el islamismo en la sociedad occidental recuerda a lo que ocurrió en la ciudad inglesa de Rotherham, donde las autoridades no actuaron contra violadores paquistaníes para no parecer racistas.

Ejemplos, desgraciadamente, sobran. En Southport, un individuo de padres ruandeses mató a Bebe King, de 6 años; a Elsie Dot Stancombe, de 7 años; y a Alice Dasilva Aguiar, de 9 años. El ataque, desde luego, contó con la censura inicial de los medios de comunicación y de la clase política que alienta la inmigración ilegal.

Entre 1997 y 2013, clanes de origen paquistaní (musulmanes) abusaron de 1.400 niñas, según el informe encargado a la profesora Alexis Jay, aunque otras fuentes sitúan el número en 2.000. Atraían a las menores con regalos, y después las drogaban y las alcoholizaban para traficar con ellas y violarlas.

Las agresiones tenían lugar en casas y sótanos, pero también en parques, atrios y, en algunos casos, esperaban a las niñas en las puertas de los colegios. Lo sabía todo el mundo, pero las autoridades municipales y policiales taparon el escándalo para no parecer «racistas» e incluso apartaron a los agentes y asistentes sociales que se mostraban dispuestos a investigar. «No se quería remover la nave multicultural», reconoció Dennis MacShane, entonces diputado laborista, según un articulo publicado en ABC en 2017.

A continuación, un extracto literal, tomado y traducido del artículo The Telegraph. Se recomienda discreción por la crudeza del relato:

El siguiente párrafo dificulta la lectura. Pero deberías leerlo, si puedes. Se basa en la sentencia del juez Peter Rook de 2013 contra Mohammed Karrar en Oxford.

Mohammed preparó a su víctima “para la violación anal en grupo usando una bomba… La sometí a una violación en grupo por parte de cinco o seis hombres. En un momento dado, tenía a cuatro hombres dentro de ella. Le colocaron una bola roja en la boca para mantenerla callada.

Su historia es horrible. También está lejos de ser único.

Por ejemplo, “Anna”, de Bradford. Vulnerable y en residencia, a la edad de 14 años había hecho repetidas denuncias de violación, abuso y coerción. Cuando se “casó” con su abusador en una boda islámica tradicional, su trabajadora social asistió a la ceremonia. Las autoridades dispusieron entonces que fuera acogida por los padres de su “marido”.

En Telford, Lucy Lowe murió a los 16 años junto a su madre y su hermana cuando su abusador prendió fuego a su casa en el año 2000. Había dado a luz al hijo de Azhar Ali Mahmood cuando tenía solo 14 años, y estaba embarazada cuando fue asesinada”.

Tras el destape de esta cloaca, hay quienes han recordado el terrible caso de Charlene Downes, la niña de sólo 14 años que fue raptada, descuartizada y servida como carne de kebab en 2003 en la ciudad británica de Blackpool.

Si Gran Bretaña quiere redimirse de uno de los peores escándalos de su historia, digno de una película retorcida de terror, necesita urgentemente entender cómo hizo las cosas tan terriblemente mal. Empezando por erradicar su línea de pensamiento actual que consiste en proteger, a toda costa, la imagen de que una sociedad multicultural exitosa es más importante que la verdad real y lo que hay detrás de esa sociedad multicultural.

Gobierno y medios de comunicación, cómplices

La cultura de encubrimiento se ha extendido a nivel nacional, con informes policiales y gubernamentales que han sido suprimidos o editados para reducir el énfasis en la etnicidad de los perpetradores. Los intentos de abordar el problema se han encontrado con resistencia, incluyendo amenazas y represalias contra quienes denuncian o investigan.

El precio de este enfoque ha sido alto: ninguna autoridad ha enfrentado la justicia por su fracaso en proteger a los niños. Incluso los perpetradores han evitado, en algunos casos, las consecuencias más duras, como el caso de un líder de pandilla en Rochdale que, a pesar de ser despojado de su ciudadanía, sigue viviendo, como si nada, entre sus víctimas.

Según afirma la investigación de The Telegraph, en Rotherham, un oficial de policía de alto rango le dijo a un padre angustiado que la ciudad “estallaría” si el abuso rutinario de niños blancos por parte de hombres de ascendencia paquistaní se volvía de conocimiento público. La policía le dijo a otro padre preocupado por la desaparición de su hija que un “novio asiático mayor” era un “accesorio de moda” para las chicas de la ciudad. Finalmente, al padre de una víctima de violación de 15 años, le dijeron que la agresión podría significar que ella “aprendería la lección”.

Para remediar esta situación, se requiere una investigación completa y honesta que exponga toda la verdad. La necesidad de justicia para las víctimas, según Robert Jenrick y Rupert Lowe, incluye no solo enjuiciamientos y deportaciones para los culpables sino también una reevaluación de cómo la política de multiculturalismo ha priorizado la imagen sobre la seguridad pública.

Y no olvidemos el vergonzoso papel que están jugando la mayoría de los medios de comunicación. En un aparente abandono de la más esencial ética periodística, los portales de noticias, particularmente en Latino América, han enterrado esta historia. Basta con hacer una simple búsqueda en Google, escribiendo la palabra “Oldham” o “Rotherham”, para comprobar que es casi imposible encontrar una noticia relacionada, a no ser que sea para criticar a Elon Musk por darle altavoz al tema a través de su plataforma en X.

Artículos vergonzantes en diarios como El País, La Jornada o Yahoo News, en lugar de destacar la noticia o el escándalo, prefieren tacharlo como una «conspiración de ultra derecha», al mismo tiempo que optan por defender y victimizar a políticos como el Primer Ministro Británico, Keir Starmer. Lo anterior, sospechamos, es por su filiación política con él.

Desgraciadamente, vivimos en tiempos en los que la posverdad se impone en el relato general y la polarización política junto con el fanatismo está alcanzando sus máximos históricos. Como escribiera en X la usuaria @DefiyantlyFree, ¿Cómo es posible que esto sea considerado un tema político, cuando debería ser simplemente una cuestión de sentido común, moralidad y básica humanidad?

“Es salvaje ver a liberales defendiendo la violación de niños inocentes y su posterior encubrimiento en el Reino Unido solo porque Elon Musk está hablando de ello.

¿Cómo es esto un tema partidista? Estamos en un gran problema como sociedad si no podemos estar de acuerdo en que la violación de niños es posiblemente el peor crimen que se puede cometer aparte del asesinato. Debería ser denunciado por todos, y todos deberían exigir responsabilidad para estos pobres víctimas en Gran Bretaña”.

La urgencia de un nuevo enfoque radica en no permitir que las preocupaciones sobre las relaciones comunitarias sigan siendo un escudo para la injusticia. La verdad debe salir a la luz, y se debe actuar con firmeza para evitar que más niños sufran el mismo destino. Y que los delincuentes enfrenten todo el peso de la ley.

Fuentes:

Historia completa en The Telegraph: How the grooming gangs scandal was covered up

La Jornada: https://www.jornada.com.mx/2025/01/03/mundo/018n2mun

Yahoo News: https://es-us.noticias.yahoo.com/ministro-brit%C3%A1nico-responde-cr%C3%ADticas-musk-134346146.html

La gaceta: El horror de Rotherham: las violaciones a 1.400 niñas por musulmanes

Elocuencia.org: El caso de la niña descuartizada y servida como carne de kebab se reabre.

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