Lima, Perú.– En un giro inesperado en las relaciones bilaterales, el gobierno de Perú anunció este lunes la ruptura de sus lazos diplomáticos con México, tras descubrir que la embajada mexicana en Lima está otorgando asilo a Betssy Chávez, ex primera ministra peruana y prófuga de la justicia. La decisión fue confirmada por el canciller peruano Hugo de Zela, quien calificó la acción como un “acto hostil” que viola las normas internacionales.
Chávez, quien ocupó el cargo de primera ministra entre el 26 de noviembre y el 7 de diciembre de 2022 bajo el gobierno de Pedro Castillo, está acusada de rebelión y abuso de poder por su presunta participación en el fallido intento de golpe de Estado liderado por Castillo en diciembre de 2022. Ese episodio, en el que el entonces presidente buscó disolver el Congreso y gobernar por decreto, culminó con su destitución y arresto, dejando un legado de polarización política en Perú.
El anuncio de la ruptura diplomática se produce horas después de que medios peruanos informaran que Chávez, quien también fue ministra de Cultura, solicitó asilo político en la residencia de la embajada mexicana en Lima. Esta acción reaviva tensiones previas entre ambos países, marcadas por las críticas de México al gobierno peruano tras la salida de Castillo y la asunción de Dina Boluarte como presidenta.
El canciller De Zela señaló en una declaración oficial que el gobierno peruano considera que México está interfiriendo en sus asuntos internos al proteger a una figura señalada por la justicia local: “No podemos tolerar que una embajada extranjera sirva de refugio a personas acusadas de crímenes graves contra la democracia peruana”, afirmó.
Por su parte, México no ha emitido una respuesta oficial al cierre de relaciones, pero su historial de otorgar asilo a exiliados políticos latinoamericanos, como en el caso de Evo Morales en 2019, sugiere una postura consistente con su política de derechos humanos y no intervención. Analistas regionales advierten que este conflicto podría tener repercusiones en foros internacionales como la APEC, donde ambos países tienen intereses económicos y políticos en juego.
La crisis diplomática llega en un momento de creciente polarización ideológica en América Latina, donde las tensiones entre gobiernos de izquierda y derecha han complicado la cooperación regional. Mientras Perú busca justicia interna, México podría enfrentar presiones adicionales si decide formalizar el asilo de Chávez, avivando un debate sobre el equilibrio entre soberanía nacional y derechos de asilo.
La situación sigue en desarrollo, y el gobierno peruano ha indicado que tomará medidas adicionales para exigir la entrega de Chávez, mientras la comunidad internacional observa de cerca las implicaciones de esta
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