Es casi inevitable. Lo más probable es que usted, o alguien cercano, haya recibido recientemente esa llamada o mensaje de WhatsApp tentador: una oferta de empleo soñada, en el extranjero, con un perfil supuestamente revisado y validado como “de alto nivel”, incluso con la mención de un amigo que le ha recomendado. Un anzuelo diseñado para despertar nuestra ambición.
Esta no es una llamada casual. Se trata de un sofisticado fraude basado en la Ingeniería Social, una estrategia que ha evolucionado de las tradicionales extorsiones telefónicas (amenazas de secuestro o cobro de piso) que solían provenir de los centros penitenciarios, hacia un ataque mucho más personal y halagador. Los estafadores han identificado un flanco sensible: el reconocimiento de nuestro valor profesional y la promesa de una vida mejor.
El Nuevo Modus Operandi es claro. Los mensajes provienen de números internacionales (por ejemplo +1 de Estados Unidos o +44 del Reino Unido), utilizando tecnología de tarjetas SIM virtuales para realizar envíos masivos. El objetivo es obtener información sensible de la víctima, incluyendo estados de cuenta bancarios, para culminar con la solicitud de un pequeño depósito de “garantía” (entre 50 y 1,000 pesos) a cambio de supuestos paquetes de formatos y trámites de reclutamiento.
Aunque las cantidades individuales parezcan mínimas, el volumen del delito es colosal. Estudios del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República revelan la magnitud del problema en México: se llegan a registrar hasta 15,000 fraudes y 13,000 extorsiones cada día (cifras que abarcan diversas modalidades). Es un negocio ilícito multimillonario.
¿Cómo obtienen los estafadores nuestros números? Simplemente del rastro digital que dejamos: cada registro en aplicaciones o formularios en línea expone nuestros datos. Utilizan programas automatizados, a modo de ‘call center’, para el contacto masivo.
La parte más alarmante de esta evolución tecnológica es el riesgo que corremos si contestamos: si lo hace por tan solo cinco segundos, corre el riesgo de que su voz sea grabada y, mediante el uso de Inteligencia Artificial (IA), sea utilizada para clonarla e impersonarle en futuros fraudes.
Ante esta amenaza, la prevención es la mejor defensa y existen herramientas a su alcance como el bloqueo de llamadas y mensajes no deseadas que ofrecen su smartphone (iOS y Android), también está la verificación de números con la aplicación gratuita “No + Engaños” del C4 del Estado y que le permite verificar si un número telefónico ya ha sido reportado como fraudulento además de reportarlo a la Policía Cibernética de Veracruz, a través del C4 y el 911
Todos aspiramos a mejorar profesionalmente. Pero, en un mundo donde el fraude se sofistica a cada instante, la pregunta clave es: ¿es verosímil que una empresa internacional haya descubierto nuestro talento desde Alaska, Papúa Nueva Guinea o del Congo?
Imagen de portada: Ingeniería social? Un peligro inminente que podemos evitar// https://www.iuvity.com/
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