La implosión ya hizo efecto.
Los entenados políticos del macuspano están acabando con el movimiento iniciado por Andrés Manuel.
La ambición y el valemadrismo arrojan sus consecuencias y dejan en serio peligro al partido que los llevó al poder, ese instituto político que tanto dinero y fama les ha dado a muchos de ellos.
Sí, la inmensa mayoría de esos que actualmente se sienten las vacas sagradas del chairismo hasta hace unos años no eran otra cosa que meros porros, unos sujetos que apenas y sobrevivían.
Ahora, ya con las alforjas llenas, no pueden o no quieren sacar adelante al partido.
Les vale madre.
Con una política errada y demasiado conflictiva las tribus morenas no concilian intereses.
Todos aseguran tener la razón, todos se dicen impolutos, todos presumen honestidad, pero todos ahora tienen dinero para echar para arriba.
Nada de escasez, menos penurias.
Morena está a punto de dejar de ser ese partido poseedor de un verdadero potencial electoral para pasar a ser una opción más .
Sus grupos no han logrado consolidarse, han privilegiado la ambición, los excesos, lo que nos deja en claro que el poder embelesa.
El segundo piso de la Cuarta Transformación está creciendo torcido, fracturado y con una tendencia a la baja en cuestión de aceptación popular.
Los escándalos de corrupción de varios de sus Tlatoanis están dejando mal parado al movimiento. Sobra resaltar nombres como el de Adán Augusto, Ricardo Monreal y Mario Delgado, apelativos que al instante se asocian con abusos de poder, con tráfico de influencias, nepotismo y corrupción.
Morena se ubica perfectamente en el entredicho popular.
La austeridad franciscana ya valió madre, solo es cuestión de ver los viajes al viejo continente de varios de sus políticos, todos ellos relajándose en hoteles de extremo lujo, haciendo sus compras en exclusivas tiendas donde las grandes marcas imperan.
La incongruencia total.
Y así podríamos llenar varias cuartillas de tantos escándalos de corrupción de los que dijeron “ser diferentes”.
La esperanza de México se hunde.
La corrupción y la complacencia continúan.
Cuidado.
R. BONILLA CAMPESTRE – TRADICIÓN GASTRONÓMICA.
En días pasados en una plaza comercial ubicada al sur de esta ciudad capital, fue puesta en marcha una sucursal más de “R. Bonilla Campestre”.
Los paseantes de este centro comercial tendrán la gran oportunidad de saborear una rica cocina basada en mariscos, excelentes vinos y una atención de primera.
La tradición gastronómica y ese sazón inigualable lo dicen todo.
La familia Bonilla Pérez contribuye en la creación de fuentes de empleo.
El corte del listón inaugural estuvo a cargo del diputado local Esteban Bautista Hernández, Presidente de la Junta de Coordinación Política del congreso local.
Éxito.
Morena se hunde

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