Los signos de la violencia e inseguridad pública son manifiestos en la entidad veracruzana, territorialmente con algunos matices, en el sur, el centro y el norte veracruzanos se tiñen de sangre con una normalidad alarmante y no parece haber autoridad capaz de detener esa sangría. No por ser asunto de larga data es menos preocupante. Desde tiempos de Fidel Herrera y de su alfil Duarte de Ochoa la delincuencia organizada tiene a Veracruz como rehén de sus más graves expresiones: homicidios, secuestros, abigeato, extorsión, desapariciones han sentado sus reales. Recuérdese que para desalentar a la delincuencia se construyó en el norte de la entidad un cuartel, por lo visto con resultados poco alentadores. Duarte de Ochoa hizo innumerables ofrecimientos para disminuir la ola de violencia en la zona sur, principalmente en Coatzacoalcos hacia donde mandó, se decía, contingentes del Mando Único y cientos de policías federales cuya efectividad no se reflejó en los hechos.
Veracruz, dijo hace algún tiempo el sacerdote Alejandro Solalinde, era un territorio de abundantes fosas clandestinas. En 2009 calificó de Z-1 a un gobernador a quien atribuía participación en secuestros de migrantes “y de las desapasiones y nadie hizo caso” … “Veracruz es un inmenso cementerio” y hasta aseguró haber entregado al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) testimonios del vínculo del gobernador con Los Zetas. Aunque debe aclararse que pese a ese conocimiento que decía tener el sacerdote Solalinde dejó de señalarlos apenas tomó posesión del gobierno Andrés Manuel López Obrador y nada dijo ya de lo que sucedía en Veracruz durante el mandato de Cuitláhuac García. Porque el drama de los desaparecidos sigue y con mayor rigor pues su número no ha dejado de crecer. De acuerdo con cifras del Registro Nacional de desaparecidos, en 2014 la tasa promedio era de 4 mil 500 a nivel nacional, de acuerdo con cifras del Registro Nacional en la materia; pero diez años después, en 2024, esa cifra fue tres veces mayor. Con López Obrador en la presidencia las desapariciones tuvieron un promedio de 24 diariamente en 2019, y para 2024 fueron de 36.7. Peor aún, para 2025 la tasa diaria ya rebasó los 40. Ciertamente, en México poco hay para el festejo.
Imagen de portada: Los Políticos
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